Daca (Agencia Fides) – «Hemos vuelto a una plena agitación callejera y a una fuerte inestabilidad social. Es una situación muy preocupante. La muerte de Sharif Osman Hadi, líder del movimiento juvenil, asesinado en Daca por sicarios enmascarados, ha provocado de nuevo una reacción violenta. El país no encuentra la paz; se vive una situación muy tensa e impredecible». Así lo afirma, en una entrevista concedida a la Agencia Fides, Subroto Boniface Gomes, obispo auxiliar de la archidiócesis de Dacca, mientras en las calles de la capital se registran disturbios y concentraciones masivas.
Las protestas violentas han estallado tras la noticia de la muerte de Sharif Osman Hadi, de 32 años, líder del movimiento «Inquilab Mancha», implicado en la protesta popular que el año pasado condujo a la destitución de la ex primera ministra Sheikh Hasina. Hadi, que tenía intención de presentarse a las elecciones previstas para 2026, fue tiroteado por hombres armados enmascarados el 12 de diciembre. Ingresado inicialmente en Daca y posteriormente trasladado a Singapur para recibir tratamiento especializado, falleció el 19 de diciembre.
Tras la ola de indignación pública y las protestas que se han producido en varias ciudades de Bangladesh, grupos de manifestantes han atacado las sedes de los diarios Prothom Alo y Daily Star y han exigido justicia, así como una «lucha contra la hegemonía india». El movimiento de Hadi era abiertamente crítico con la India, país donde se refugió la ex primera ministra Hasina y adonde, según los investigadores, también habrían huido algunos de los autores materiales del asesinato. La policía ha detenido a unas veinte personas sospechosas de estar implicadas en el crimen, mientras continúan las investigaciones para identificar a los autores intelectuales, a los financiadores y a quienes habrían facilitado el asesinato.
El obispo Subroto señala: «A raíz de este asesinato, las relaciones entre la India y Bangladesh se han vuelto muy tensas. Este hecho tendrá también un impacto en el proceso de preparación de las elecciones que el primer ministro Yunus ha anunciado para principios del próximo año. El país estaba intentando recuperar la estabilidad y el orden institucional en el difícil camino hacia la democracia, pero ahora se abre una fase de incertidumbre».
«En un contexto de violencia –explica- todo puede suceder, y también grupos con intereses secundarios o con su propia agenda podrían aprovechar la situación. De algún modo, incluso las minorías religiosas podrían verse implicadas: con la Navidad a la vuelta de la esquina, eventuales atentados contra los cristianos podrían atraer la atención internacional. Nos preocupa esta nueva ola de protestas», añade el obispo, señalando que ya se han registrado vigilancias y ataques contra ciudadanos indios o personas de religión hindú, otra minoría en un país de amplia mayoría islámica. En la ciudad de Mymensingh, durante los disturbios, un joven hindú ha sido linchado por la multitud: el hombre ha sido asesinado y su cadáver ha sido atado a un árbol y quemado.
El obispo Subroto observa que «la policía y el ejército están presentes, pero la violencia es generalizada y resulta difícil controlar la situación. Ni siquiera el primer ministro Yunus parece tener un control efectivo», afirma, recordando que el Gobierno ha declarado el «luto nacional» por la muerte de Hadi, con la esperanza de restablecer la calma.
En este contexto tan delicado, concluye el obispo, «como cristianos nos acercamos a la Navidad y confiamos a Dios nuestra oración por la paz. La esperanza es que el Príncipe de la paz, que viene al mundo, traiga el ansiado don de la paz a nuestra atribulada nación».
(PA) (Agencia Fides 19/12/2025)