Dhaka (Agencia Fides) - Los enfrentamientos entre los seguidores de los partidos políticos han vuelto a crear inestabilidad social en Bangladesh. En los últimos días se han registrado tensiones en la ciudad de Gopalganj, al sur de Daca, donde miembros de la Liga Awami, el partido de la ex primera ministra Sheikh Hasina, que ha huido al extranjero, han atacado la marcha de activistas del Partido Nacional Ciudadano, el partido estudiantil que se ha presentado oficialmente a los votantes a principios de 2025 y que está listo para competir en las próximas elecciones generales que el gobierno interino de Muhammad Yunus, tras muchas presiones internas e internacionales, ha anunciado que se celebrarán en abril de 2026.
Tras los enfrentamientos en Gopalganj, el Gobierno ha impuesto un toque de queda para recuperar el control de la situación, mientras que cuatro personas han muerto y 13 han resultado heridas.
Sheikh Hasina se encuentra actualmente en la India y ha sido juzgada por la represión ejercida contra los manifestantes durante las protestas estudiantiles que, en agosto de 2024, decretaron el fin de su gobierno, que duró 15 años. Hasina ha sido acusada de ordenar a la policía que disparara contra los manifestantes (hubo numerosas víctimas), mientras que la líder en el exilio sostiene que las acusaciones en su contra son de carácter político.
Mientras tanto, la Liga Awami ha sido prohibida en Bangladesh, a la espera del resultado del juicio. Se ha impedido al partido participar en las elecciones, después de que la Comisión Electoral suspendiese su registro. La medida ha agudizado la polarización social y las tensiones.
Mientras tanto, en el país se hacen sentir las consecuencias del colapso del sector industrial, con una notable caída de las inversiones extranjeras, la inflación en continuo crecimiento y los costes de los productos de primera necesidad cada vez más altos. «Entre la gente crece un sentimiento de frustración que puede tener consecuencias en las votaciones», señala una fuente local de Fides en la comunidad católica.
En un país con 170 millones de habitantes, en su gran mayoría musulmanes, los cristianos y otras minorías religiosas se han mostrado preocupados por el regreso de los partidos islámicos radicales a la escena política. De hecho, el Tribunal Supremo de Bangladesh ha revocado la prohibición del principal partido musulmán del país, que durante más de diez años el Gobierno de la ex primera ministra Sheikh Hasina había relegado a los márgenes de la sociedad. El Jamaat-e-Islami podrá ahora participar en las próximas elecciones generales y se dispone a ampliar su base de consenso político. El peligro, señalado sobre todo por organismos y asociaciones de la sociedad civil, es la influencia que los partidos islamistas podrán tener en el futuro gobierno del país. Por ello, se ha pedido al gobierno interino que concluya el proceso de reformas constitucionales antes de las elecciones, definiendo un marco institucional y jurídico basado en los principios de democracia, pluralismo e igualdad.
(PA) (Agencia Fides 19/7/20259)