ASIA/MYANMAR - El obispo de Loikaw: “Se ve luz en los rostros de la gente que sufre, pero urge un amanecer de nueva esperanza para la nación”

lunes, 15 abril 2024 refugiados   desplazados   guerra civil  

Loikaw (Agencia Fides) - “Estoy en la parroquia de Soudu, un pueblo de la diócesis de Loikaw – dice a la Agencia Fides Celso Ba Shwe, obispo de Loikaw-. Es una de las parroquias donde todavía es posible la vida pastoral. Nuestra catedral de Loikaw sigue ocupada por el ejército birmano. Más de la mitad de las iglesias de la diócesis están cerradas y vacías porque los fieles han huido. Vivimos en una condición de desplazamiento y tribulación, pero doy gracias al Señor porque con esta experiencia me ha dado la oportunidad de estar más cerca de mi pueblo, más cerca de la gente, que está tan necesitada de consuelo y solidaridad”.

El obispo, que también vive la condición de refugiado, obligado desde noviembre de 2023 a abandonar su catedral y el centro pastoral contiguo, ocupados por el ejército birmano que ha convertido el complejo en una base militar, ha pasado primero la Navidad, luego la Cuaresma y la Pascua lejos de su iglesia, dedicándose a visitar a los refugiados y a celebrar con ellos las fiestas religiosas.

Hoy, tres años después del golpe, declara amargamente: "No podemos persistir en una guerra interna durante tanto tiempo. La nación y toda la población saldrán postradas, debilitadas, aniquiladas. Ahora es necesario encontrar una salida, iniciar vías de negociación, diálogo y reconciliación. Estamos muy preocupados por la situación social y política, el tejido social está desgarrado, la gente está confusa y desorientada. Hay desplazados por todas partes, la violencia hace estragos, la ciudad de Loikaw está ahora ocupada únicamente por las fuerzas combatientes, es decir, soldados y milicias de la oposición. Asistimos a una muerte lenta, día tras día, de nuestra hermosa nación. Estamos verdaderamente probados por todo esto. Rogamos a Dios que abra un camino de paz, ya que esto no puede seguir así".

A pesar de la tragedia, el obispo también tiene palabras de esperanza: "Cristo ha resucitado por nosotros también, veo luz en los rostros de la gente que sufre y esto me consuela. No perdemos la esperanza porque es Dios quien nos la da. La gente sufre, resiste, espera. Pero necesitamos un amanecer de nueva esperanza. Agradecemos al Papa Francisco que siga recordando al mundo nuestro sufrimiento y rezando por nosotros".

Mientras tanto, en la guerra civil, los rebeldes, tras el éxito de la "Operación 1027" (ver Fides 23/11/2023), intentan conquistar estratégicamente las zonas fronterizas para impedir el suministro a la junta, que en cambio controla la parte central del país y las ciudades más grandes. En los últimos días, las fuerzas de la oposición han conquistado otra ciudad clave, asestando un golpe significativo al ejército en el poder: se trata de la ciudad de Myawaddy, en el sureste, en la frontera con Tailandia, donde había una base militar, abandonada por el ejército regular derrotado. La ciudad de Myawaddy, importante paso fronterizo y nudo de comercio y suministros de Tailandia a Myanmar, cayó tras una ofensiva del ejército karen, una de las milicias étnicas aliadas de la oposición birmana.

El otro capítulo sobre el que los representantes de la Iglesia católica expresan una gran preocupación es la situación económica de Myanmar, que ha degenerado, con una subida de los precios y la escasez de productos básicos. Esto ha provocado una situación generalizada de indigencia y malnutrición. Ante este panorama, el plan de emergencia de la ONU para Myanmar para 2024 necesita una financiación de 1.000 millones de dólares (cifra que aún no se ha recaudado entre los donantes) para atender a más de 5 millones de personas necesitadas en territorio birmano. Según cifras de la ONU, hay más de 2,6 millones de desplazados internos y la cifra sigue aumentando.
(PA) (Agencia Fides 15/4/2024)


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