ASIA/PAKISTÁN - Apoyo total de la nación al pueblo palestino: la paz en el Oriente Medio radica en la solución de "dos Estados"

lunes, 23 octubre 2023 derechos humanos   guerras   política   política internacional  

Islamabad (Agencia Fides) - El 15 de octubre de 1937, durante un discurso en la Asamblea de la "All-India Muslim League" en Lucknow, Muhammad Ali Jinnah, el líder político que unos años después, tras la partición de 1945 entre India y Pakistán, se convertiría en el padre fundador de esta última nación, dijo: «Los musulmanes de la India permanecerán firmes y ayudarán a los árabes en todo lo posible en la lucha valiente y justa que están llevando a cabo contra todas las previsiones. Quiero enviarles un mensaje, en nombre de All-India Muslim League, de alegría, coraje y determinación en su causa y lucha justas, y estoy seguro de que ganarán». Este deseo se materializó también en el apoyo concreto a la población palestina durante la guerra de Palestina (1947-1949) a través de un respaldo que, desde el recién nacido Pakistán, se esperaba que fuera militar. Este apoyo se confirmó a lo largo de la historia de las complicadas relaciones y las guerras israelí-palestinas a lo largo del siglo XX, con la participación de la fuerza aérea militar paquistaní en las guerras árabe-israelíes de 1967 y 1973, luchando contra los israelíes.
Después de la guerra de 1973, Pakistán y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) firmaron un acuerdo para el entrenamiento y formación de oficiales de la OLP en las instalaciones militares paquistaníes. Pakistán y la OLP continuaron desarrollando estrechos lazos y, en una cumbre panislámica en Lahore, en febrero de 1974, la OLP fue declarada por primera vez como el “único y legítimo representante de los palestinos”. Como resultado de estas relaciones, en 1975 se estableció pleno y mutuo reconocimiento diplomático entre Pakistán y la OLP.
Años después, durante la Primera Intifada, que comenzó en 1987, se llevaron a cabo manifestaciones pro-OLP en Pakistán y el gobierno envió grandes ayudas humanitarias a la organización. Tras la Declaración de Independencia Palestina del 15 de noviembre de 1988, Pakistán reconoció de inmediato a la Autoridad Palestina el 16 de noviembre de 1988 y estableció relaciones diplomáticas plenas con ella en 1989.
Históricamente, Pakistán, la tierra de los musulmanes indios, el segundo país musulmán más poblado del mundo (después de Indonesia), con un 95% de ciudadanos musulmanes de una población de más de 230 millones, sigue siendo un firme partidario de la creación de un Estado palestino independiente y, en consonancia con su doctrina pro-palestina, nunca ha reconocido el Estado de Israel.
En este contexto histórico se sitúa el nuevo recrudecimiento del conflicto en Oriente Próximo y las consiguientes reacciones en Pakistán. Tras el 7 de octubre, el primer ministro en funciones, Anwaarul Haq Kakar, describió a la nación pakistaní como “afligida por la escalada de violencia en Oriente Próximo, que subraya la urgente necesidad de abordar la cuestión palestina, instando a la moderación y a la protección de los civiles”. Reiteró que “la paz duradera en Oriente Medio pasa por una solución de dos Estados, con un Estado de Palestina viable, contiguo y soberano, basado en las fronteras anteriores a 1967”.
Tras la reacción israelí, tanto política como militar y popular, Pakistán estigmatizó la violencia ejercida por Israel sobre la población civil palestina de Gaza, que fue condenada abiertamente por el ministro de Asuntos Exteriores en funciones, Jalil Abbas Jilani. “Debe respetarse el derecho de los palestinos a la autodeterminación y debe concederse a Palestina un Estado separado e independiente, aceptado no sólo por Israel sino también por la comunidad internacional”, declaró.
En el país, se apunta especialmente al “asedio total” de Gaza, que bloquea el suministro de alimentos, agua, electricidad y combustible a 2,3 millones de personas, muchas de las cuales dependen de la ayuda. Los ataques aéreos y de artillería de las fuerzas israelíes, que han golpeado barrios enteros, hospitales y escuelas de Gaza, se consideran un injusto “castigo colectivo” y se califican de “crímenes de guerra” contra todo el pueblo palestino, que provocarán “una catástrofe humanitaria”.
La nación parece unida en esta postura: la Jamiat Ulema-e-Islam (JUI), el mayor partido político-religioso de Pakistán, organizó el 14 de octubre una multitudinaria manifestación antiisraelí y de apoyo a Hamás en la ciudad de Peshawar. Un antiguo dirigente de Hamás, Jaled Meshaal, intervino en el acto, pidiendo “ayuda a la ummah musulmana” y agradeciendo el apoyo de la JUI.
También en el plano militar, el general Asim Munir, jefe del ejército paquistaní, ha declarado que Islamabad seguirá apoyando a los palestinos: “El pueblo palestino cuenta con el inequívoco apoyo diplomático, moral y político de la nación pakistaní y seguiremos apoyando la postura de principios de nuestros hermanos en favor de una resolución duradera de la cuestión palestina y del fin de la ocupación ilegal de sus territorios y de los lugares santos de los musulmanes”, ha declarado el general Munir en una reunión de comandantes de cuerpo en el cuartel general del ejército en la ciudad de Rawalpindi.
Según el gobierno de Pakistán, Israel debe cumplir las resoluciones de la ONU que reconocen el derecho del pueblo palestino a la autodeterminación. Pakistán pide el reconocimiento de Palestina como Estado independiente con fronteras anteriores a 1967, ha confirmado, mientras el gobierno de Islamabad sigue en contacto con las agencias de la ONU y las organizaciones internacionales con el objetivo de proporcionar ayuda humanitaria a los palestinos, manteniendo contactos con las autoridades egipcias para utilizar el paso fronterizo de Rafah.
El Presidente de Pakistán, Arif Alvi, ha instado a la ONU y a la OIC (Organisation of Islamic Cooperation) a reunirse urgentemente para poner fin al asedio de Gaza: “Las organizaciones deben garantizar el envío urgente de ayuda médica, alimentos y otros suministros necesarios para evitar una mayor devastación y catástrofe humana en Palestina", ha declarado, condenando “la crueldad infligida a escala masiva”.
El conflicto en Oriente Medio también tiene consecuencias para los países árabes y las naciones musulmanas como Pakistán a nivel geopolítico: el primer ministro pakistaní, Anwaarul Haq Kakar, que viajó a China en días pasados para participar en el tercer Foro de la Ruta de la Seda, titulado “Conectividad en una economía global abierta”, ha expresado el “profundo aprecio de Pakistán por su asociación estratégica con China”. Kakar ha destacado que China es “un valioso aliado y Pakistán está orgulloso de su amistad”, y ha calificado el Corredor Económico China-Pakistán (CPEC) de “hito histórico en la amistad entre ambas naciones”, subrayando su potencial para llevar el desarrollo económico y la prosperidad a Pakistán. Kakar ha mantenido reuniones bilaterales con altas personalidades chinas (incluido el presidente chino, Xi Jinping), así como con otros jefes de Estado y de Gobierno que han asistido al foro. Con China, Pakistán desea “reforzar todo el abanico de la cooperación bilateral” y ha firmado memorandos de entendimiento en diversos ámbitos como la agricultura, la sanidad, la educación, la formación y la energía.
(PA) (Agencia Fides 23/10/2023)


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