AMÉRICA/BRASIL - “El Estado tiene el deber de proteger, no de matar”. Las Obras Misionales Pontificias de Brasil ante los trágicos hechos de Río de Janeiro

Río de Janeiro (Agencia Fides) – Las Obras Misionales Pontificias (OMP) de Brasil han expresado, en una nota enviada a la Agencia Fides, su profunda solidaridad y dolor por los recientes y trágicos episodios de violencia ocurridos en Río de Janeiro, en particular por la masacre registrada en los complejos de Penha y Alemão el pasado martes 28 de octubre.

“En este Mes Misionero, que concluye hoy y en el que hemos sido invitados a ser ‘misioneros de esperanza entre los pueblos’, nuestra oración se dirige a las familias que han visto a sus seres queridos asesinados. El dolor de cada pérdida es el dolor de toda la Iglesia, que camina junto a quienes sufren y lloran”, escribe la hermana Regina da Costa Pedro, directora nacional de las OMP de Brasil.

La religiosa continúa: “No podemos permanecer en silencio ante la violencia repetida que sigue cobrando víctimas. La vida humana es inviolable y el Estado tiene el deber primario de proteger, no de matar. Al mismo tiempo, expresamos nuestra total oposición a toda forma de violencia, ya provenga del narcotráfico o de las acciones de las milicias. Todo poder que se impone mediante la muerte y el miedo es contrario al mensaje del Evangelio y a la dignidad de la persona humana.”

En la nota, las OMP brasileñas expresan el deseo de una paz verdadera y duradera en las comunidades y favelas, no alcanzada por las armas, sino mediante la protección y el ejercicio efectivo de los derechos fundamentales. Invertir en programas de educación, salud, vivienda y ciudadanía se vuelve prioritario para reducir la profunda desigualdad racial y de clase social que afecta de manera desproporcionada a los jóvenes más pobres de las periferias.

“Es necesario convertir las comunidades no solo en lugares de supervivencia, sino en espacios de plena ciudadanía, donde la vida pueda florecer con dignidad y seguridad. Que la esperanza, centro de nuestra misión, sea una invitación a la paz para todos los hombres y mujeres de buena voluntad, para que juntos podamos construir un país en el que la vida, en toda su plenitud, sea el valor supremo. Como nos ha recordado el papa Francisco: ‘No dejen que nadie les robe la esperanza’”, concluye la hermana Regina da Costa Pedro.
(EG) (Agencia Fides 31/10/2025)

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