ASIA/MYANMAR - Pascua entre miedo, violencia y esperanza en Mandalay, donde los civiles inocentes pierden la vida

Mandalay (Agencia Fides) - "Cristo ha resucitado y nosotros trabajamos para eliminar las lápidas que amenazan con enterrar nuestras esperanzas. Luchamos por la justicia, la paz y la curación de nuestra tierra herida por la guerra. Confiamos en Dios para que, con su ayuda, pueda volver a Myanmar una nueva era de paz y prosperidad", dice a la Agencia Fides el padre Dominic Jyo Du, párroco de la catedral del Sagrado Corazón de la archidiócesis de Mandalay.
El sacerdote relata a la Agencia Fides la Pascua que ha transcurrido y habla de la situación en la diócesis: "En Mandalay hemos celebrado la Pascua con las iglesias siempre llenas de fieles. Ha habido una atmósfera de gran miedo y tensión, pero la situación ha sido tranquila. En otras zonas de la diócesis, en cambio, la gente sufre y muere. Rezamos intensamente por las personas en dificultad, en tribulación, desplazadas. Estamos cerca de los indigentes y desplazados y, como comunidad local, seguimos organizando obras de caridad, gracias a la coordinación de la diócesis. Hemos vivido la Pascua entre el miedo y la esperanza", señala.
En el territorio de Mandalay, la región de Sagaing se ve afectada por los combates y la violencia. Ayer, 11 de abril, 80 civiles, entre ellos niños, murieron como consecuencia de un ataque aéreo por la mañana llevado a cabo por el ejército de Myanmar en el municipio de Kantbalu. Según fuentes locales, el ejército atacó a personas que se habían reunido con representantes del "Gobierno de Unidad Nacional" (GUN, Gobierno Democrático en el Exilio), que la junta militar en el poder ha calificado de "organización terrorista". Un avión de combate y un helicóptero militar atacaron la congregación de unas 150 personas, matando a mujeres, niños y ancianos que también se habían reunido para celebrar el comienzo del "Thingyan", el tradicional Año Nuevo birmano. Por la noche del mismo día se produjo un segundo ataque, en el que murieron más civiles. El NUG ha condenado "el atroz acto del ejército, otro ejemplo del uso indiscriminado de la violencia contra civiles inocentes, que constituye un crimen de guerra".
El padre Dominic Jyo Du concluye: "El Señor es el Príncipe de la Paz. Él escucha el clamor de su pueblo y su sufrimiento. La Pascua nos recuerda la misericordia de Dios para con la humanidad que sufre. En Pascua celebramos la victoria de la vida sobre la muerte, de la esperanza sobre la desesperación, de la luz sobre las tinieblas. Todas las piedras que oprimen nuestro corazón -las piedras del odio, de la venganza, del resentimiento y de la desesperación, los peñascos de nuestras angustias, tribulaciones y miedos- todo lo entregamos al poder del amor del Señor resucitado. Él es el único que puede vencerlo. Hoy nuestra esperanza es sólo Cristo resucitado que está siempre con nosotros, que nos consuela y nos da vida nueva".
(PA) (Agencia Fides 12/4/2023)

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