ASIA/MYANMAR - Ayunar del odio: en tiempo de Cuaresma, la vida de los desplazados por el conflicto civil

Hakha (Agencia Fides) - "Ayunemos del odio hacia los demás, incluso hacia nuestros enemigos, para descubrir a Cristo que vive en ellos. Ayunemos del pesimismo y de los pensamientos oscuros que nublan hoy nuestros corazones, para llenarnos de esperanza cristiana. Ayunemos de las preocupaciones por el futuro, para llenarnos de confianza y fe en Dios. Ayunemos hoy de todo lo que nos separa de Cristo Jesús, para que estemos, en esta situación de aflicción y sufrimiento, cerca de Él". Con estas palabras y en espíritu de penitencia, los fieles de Myanmar - muchos de los cuales se encuentran ahora desplazados internos - viven el inicio de la Cuaresma y celebran el Miércoles de Ceniza, como relata el padre Joseph Phe Ling Lay, hablando en particular de los fieles del estado de Chin, al oeste de Myanmar.
Los fieles de la región, de mayoría cristiana, se han reunido en oración y con espíritu de penitencia, mientras en la nación hace estragos un conflicto civil que, según afirman las instituciones internacionales, ya no puede calificarse de "baja intensidad". El sacerdote ha animado a los fieles a aferrarse siempre, en un tiempo de dolor, luto y precariedad, a la Palabra de Dios, "que ilumina cada momento de la vida, los momentos de alegría y los de sufrimiento". Los fieles de la etnia Chin, una de las minorías étnicas de Myanmar, rezan intensamente por la nación, pidiendo a Dios la paz, la justicia, la sanación, la reconciliación, expresando cercanía y solidaridad con todos los que sufren, especialmente los más vulnerables, y dando testimonio de su fe y caridad con gestos sencillos como reunirse y rezar juntos, compartir el ayuno, donar tiempo y atención para consolar a los enfermos o heridos.
"La Palabra de Dios escuchada en el Evangelio del pasado domingo, 19 de febrero, resuena con fuerza entre los católicos de Myanmar, de todas las etnias: amad a vuestros enemigos", dice a la Agencia Fides Joseph Kung, laico católico y director de un instituto universitario privado de Yangon, recordando que la nación es escenario de enfrentamientos armados entre los militares y las Fuerzas Populares de Defensa (surgidas espontáneamente tras el golpe de Estado). Para gran sufrimiento de los civiles, los combates afectan al territorio de cinco diócesis (del total de 16 de Myanmar): se trata de las diócesis de Loikaw, Pekhon, Hakha, Kalay y Mandalay. En esta situación, la Cuaresma se vive en un clima de miedo, incertidumbre, inseguridad, ya que "continúa el éxodo de personas que, por desesperación, huyen de las aldeas donde el ejército lanza crueles ofensivas, sin tener en cuenta la vida de los inocentes". Los desplazados, informa Kung, buscan refugio en los bosques o acuden a campos de refugiados. A veces buscan refugio en lugares como iglesias y escuelas, instituciones que, como hemos visto en los últimos meses, "ya no son lugares del todo seguros porque el ejército no escatima en disparar fuego de artillería contra las iglesias", señala, recordando, entre los últimos episodios, que el 15 de enero el ejército birmano prendió fuego a la antigua iglesia católica de la Asunción, en la archidiócesis de Mandalay. Mientras que el 4 de febrero el fuego de artillería alcanzó la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores, en la diócesis de Pekhon. Sin embargo, en esta situación, animados por la fe, "ayunamos del desánimo para vivir la gratitud a Dios, que es amor y esperanza; ayunamos de la amargura para acoger y dar el perdón a quienes nos hieren", concluye Kung.
(PA) (Agencia Fides 22/2/2023)

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