Colombo (Agencia Fides) – “Sri Lanka está atravesando una fase de profunda renovación política y democrática. Desde noviembre de 2024 tenemos un nuevo presidente y un nuevo parlamento, que cuentan con mayoría absoluta y están transformando la antigua estructura de poder, vinculada a una clase política corrupta, responsable de abusos de poder y violaciones de los derechos humanos. En un país que está saliendo de una grave crisis social y económica, se está abriendo una nueva esperanza”, afirma el Cardenal Albert Malcolm Ranjith, Arzobispo de Colombo, en una entrevista concedida a la Agencia Fides.
“Esperanza – subraya el Cardenal – es precisamente la palabra justa para describir el espíritu que reina hoy en el país. Y nosotros, los católicos, estamos celebrando el Jubileo de la Esperanza. Nuestra presencia, nuestros pensamientos, nuestras palabras y nuestra orientación están en plena sintonía con lo que está ocurriendo política, social, cultural y espiritualmente en la nación”.
En las últimas elecciones, señala, “se esperaba un cambio, y lo ha habido: ahora gobierna un ejecutivo de orientación socialista, que parece honesto y comprometido con el bien común, consciente de sus responsabilidades. Es un gobierno que pretende combatir la pobreza y promover el bienestar de las clases sociales más desfavorecidas”.
“El nuevo gobierno – continúa – ha inaugurado una nueva etapa, y se ha puesto manos a la obra para hacer justicia a quienes han sufrido atropellos en el pasado, a quienes están en prisión o han sido víctimas de violaciones de derechos fundamentales. Y lo está haciendo por la vía legal, en pleno respeto de las prerrogativas de la ley”.
Uno de los sectores prioritarios para el presidente Anura Kumara Dissanayake, según el Cardenal Ranjith, es la economía. “El país se está recuperando lentamente de la crisis, siguiendo las directrices del Fondo Monetario Internacional, que ha concedido préstamos. Estamos en una fase de reactivación; incluso el turismo está repuntando, lo que es un buen augurio. Es un sector importante para nuestra economía, que contribuye a generar prosperidad”.
“Por supuesto – añade – el proceso de recuperación tomará al menos un par de años, pero estamos en el camino correcto. Hoy se percibe un cierto optimismo entre la población. Vemos una clase política responsable y un presidente en quien la gente ha depositado su confianza. La mayoría de los católicos también lo ha apoyado, y la Iglesia mantiene buenas relaciones con el gobierno. Hay buenas perspectivas para trabajar juntos”.
Sin embargo, persiste una herida abierta en la relación entre la Iglesia católica y las instituciones, explica el Cardenal a Fides: “Se trata del tema de la justicia: identificar y procesar a los culpables, ejecutores y autores intelectuales de los atentados terroristas del Domingo de Pascua de 2019, perpetrados contra iglesias y hoteles. El presidente Dissanayake ha anunciado una nueva investigación, en aras de la transparencia y de la verdad. Tenemos confianza. Existe una comisión que también ha entrevistado a algunos de nuestros sacerdotes. Desde el inicio hemos reclamado verdad y justicia frente a los intentos de encubrimiento del caso. Ahora estamos a la espera de los procedimientos judiciales, y de que salgan a la luz las verdaderas responsabilidades o posibles complicidades del aparato estatal. Las víctimas esperan justicia” señala.
El Cardenal también agradece que la Santa Sede haya decidido incluir a los 167 fieles católicos asesinados en los atentados del 21 de abril de 2019 en el Catálogo de los Testigos de la Fe del siglo XXI, elaborado por el Dicasterio para las Causas de los Santos y presentado durante el Año Jubilar.
Mientras tanto – relata – “la vida de la Iglesia continúa como Pueblo de Dios. Seguimos adelante con nuestras actividades sociales, educativas y caritativas al servicio de la gente. Las comunidades están viviendo intensamente el Jubileo. Cada diócesis ha preparado un calendario con celebraciones y actividades espirituales. Es un tiempo de renovación interior, de recomenzar con un nuevo impulso que viene del Señor. El tema de la esperanza refleja exactamente el sentimiento común de nuestros corazones: en esta fase de la vida nacional, somos portadores de esperanza, alimentamos la esperanza que viene de Dios. Le escuchamos y ofrecemos nuestras fuerzas para que el Señor pueda completar su obra, y nosotros podamos cumplir, con humildad y fidelidad, nuestra parte”.
Por último, el Cardenal se ha referido al Papa León XIV: “Lo vemos como una persona que, gracias a su experiencia misionera, está atenta a la realidad de las Iglesias más alejadas. Creo que en él tendremos un sólido punto de referencia. Al evocar al Papa León XIII, nos recuerda que la Iglesia de hoy está llamada a dar respuestas cristianas a los tiempos modernos. Confiamos en su guía humilde y sabia”.
(PA) (Agencia Fides 28/5/2025)