AMERICA/PERÚ - HACIA EL CONGRESO MISIONERO AMERICANO CAM2 - “NO HAY MISIÓN FECUNDA SIN UNA SÓLIDA ESPIRITUALIDAD MISIONERA”: UNA DE LAS PRIORIDADES RELEVANTES DEL PRIMER CONGRESO MISIONERO PERUANO

miércoles, 17 septiembre 2003

Chiclayo (Agencia Fides) - La dimensión espiritual es una prioridad en la obra de la evangelización porque “no existe misión fecunda sin una decisiva y sólida espiritualidad misionera... Quien evangeliza sin rezar termina por no evangelizar”. Son algunas de las conclusiones al término del primer Congreso Misionero Nacional Peruano (CONAMI) celebrado recientemente en Perú, como preparación al Congreso Misionero Americano (CAM2).
Se afirmó también la urgencia de una “formación misionera permanente y sistemática” a nivel parroquial, interparroquial y diocesano, que promueva una espiritualidad misionera más profunda y anime el trabajo pastoral en su dimensión misionera: “Es indispensable establecer bien las raíces de nuestra fe para estar en condiciones de dar razón de nuestra esperanza”. Además la formación teológica “sin privarla de su fundamento, debe encarnarse en la realidad concreta de las situaciones misioneras de la Iglesia”: en otras palabras debe formar misioneros, “ad gentes” pastorales capaces de anunciar la buena nueva en las diversas realidades culturales, en los nuevos areópagos y también en “aquellos lugares que de por si son reacios a los valores del Evangelio”.
Otro aspecto muy subrayado en el Congreso Misionero es la urgencia y la necesidad de una apertura “ad gentes”. Es necesario “una organización que sea creativa y generosa”, es decir, que permita a cada Iglesia particular satisfacer las propias necesidades a la vez que poner en movimiento una animación misionera que favorezca el envío de misioneros, empujados por el Espíritu Santo, que deseen ir a tierras donde hay más necesidad de su presencia. Las diócesis son interpeladas a enviar sacerdotes a los lugares de más necesidad dentro de la propia nación pero también más allá de las fronteras, así como reconocer y potenciar los Centro misioneros diocesanos y parroquiales como “instrumentos válidos y eficaces para la animación, la formación, la comunión, la organización y la cooperación misionera”.
El Primer CONAMI afirma además que es urgente “el nacimiento y desarrollo de pequeños grupos y comunidades de fieles esparcidos por todo el ámbito territorial de las parroquias para que sean presencia viva del Evangelio en las diversas situaciones que vive el pueblo”. Por último se lanzaron una serie de llamamientos: a los Obispos, principales responsables de la misión, para que sean los primeros propulsores; a los sacerdotes animadores natos de las comunidades cristianas para que contagien a los fieles su entusiasmo por la misión de la Iglesia; a los laicos y a las personas consagradas para que expresen la alegría de haber descubierto a Cristo y asuman los compromisos que hagan que los otros puedan encontrarse con Cristo “no siendo sus discípulos en privado solo sino convirtiéndose en apóstoles públicos”. (R.Z.) (Agencia Fides 17/9/2003 Líneas: 39 palabras: 484)


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