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Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – El dossier preparado por la Agencia Fides quiere ofrecer a los propios lectores un cuadro de la situación de la sanidad en los Países de misión donde existen condiciones muy difíciles cuando no dramáticas.
Y es precisamente en tierras de misión donde la obra, con frecuencia silenciosa, de la Iglesia y de sus misioneros contribuye a llevar una nota de esperanza a un mar de desesperación y de sufrimiento. Allí donde hay una misión, existe un punto de asistencia sanitaria, con frecuencia el único en un radio de miles de Km. Cuantos dispensarios, ambulatorios y verdaderos y propios hospitales han nacido y continúan actuando en los lugares más perdidos del mundo gracias al trabajo de misioneros y voluntarios animados por el espíritu evangélico.
La sanidad es uno de los parámetros fundamentales para valorar el grado de civilización de una región. El número de médicos por habitante, el numero de hospitales presentes en el territorio, la incidencia de las enfermedades infecciosas sobre la población local... son parámetros utilizados por geógrafos y economistas para valorar cuando un país está en condiciones de ofrecer a sus propios ciudadanos lo suficiente en términos de progreso social y de calidad de vida.
Somos conscientes de que detrás de estas frías cifras se encuentran la vida de tantos, muchos seres humanos a los que se les niega el derecho de la salud; un derecho fundamental reconocido por las constituciones de muchos países y por diversos tratados internacionales que sancionan los derechos del hombre pero que encuentran muchas dificultades para afirmarse en el mundo. Valga esta entre las muchas frases de Juan Pablo II del 9 de noviembre de 1990: “Las nuevas fronteras abiertas al progreso de la ciencia y la técnica, la llamada socialización de la medicina, la creciente interdependencia entre los pueblos sitúan los problemas de la sanidad y de la salud en el centro del compromiso por la promoción de los derechos humanos y entre estos no hay duda, son fundamentales los referentes a la tutela de la vida desde su concepción hasta su muerte natural” (9 de noviembre 1990, Juan Pablo II). (LM) (Agencia Fides 2/1/2003 Líneas:30 Palabras: 380)
