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Lisboa (Agencia Fides) - Portugal se reafirma en su voluntad de defender la vida. A pesar del frío y la lluvia, 20.000 personas salieron a las calles de Lisboa para defender pacífica y alegremente la vida del no nacido el domingo 28 de enero en la gran Marcha por la Vida convocada por la Asociación Portuguesa de Familias Numerosas (ver Fides 16/1/2007), según la información enviada a la Agencia Fides por Lola Velarde Presidenta de la Red Europea del Instituto de Política Familiar, presente en el acto.
La marcha se llevó a cabo en la capital portuguesa y contó con siete etapas que representaban siete fases de la vida: concepción, nacimiento, infancia, adolescencia, adulto, abuelos y bisabuelos, mostrando en esa forma que desde el momento de la concepción hasta la muerte natural existe un ininterrumpido hilo de vida que es necesario proteger. En cada una de las etapas se realizaban actos organizados por asociaciones que trabajan en este campo de defensa de la vida y la familia Más de 160 asociaciones internacionales de los cinco continentes se unieron a la marcha y expresaron su apoyo a la defensa de la vida del no nacido. En el acto estuvieron presentes representantes de asociaciones españolas, italianas y francesas, entre otras.
En la clausura del acto fue especialmente emotivo el testimonio de la española Esperanza Puente que transmitió su experiencia personal tras un aborto provocado, dejando claro que el aborto genera violencia, amargura y una tendencia a la autodestrucción en la mujer. Pidió a las autoridades que no engañen a las mujeres, que les cuenten la verdad sobre el drama del aborto, y que les ofrezcan alternativas. El acto terminó escuchando el impresionante y conmovedor latido del corazón de un feto de 10 semanas, que enlazó con el canto por parte de todo el público del himno a la vida.
El referéndum para la ampliación de la Ley del Aborto se realizará el próximo 11 de febrero. Ya en dos ocasiones anteriores se ha llevado a votación la ampliación de la Ley del aborto en Portugal, en referéndum primero y en el Parlamento después, y en ambas con resultado a favor de la vida. En 1988 solo el 31% de los portugueses se pronunció en el mismo. Como el resultado no fue vinculante se pretende repetir la consulta. La actual normativa portuguesa sobre la interrupción voluntaria del embarazo, de 1984, impone penas de hasta tres años a la mujer que se someta a un aborto ilegal y de dos a ocho al médico que lo practique, pero admite el aborto en las primeras 12 semanas en caso de violación, o si hay riesgo para la vida o la salud de la madre. Lo que se pretende ahora es liberarlo hasta las diez semanas. (RG) (Agencia Fides 30/1/2007 Líneas: 33 Palabras: 486)
