VATICANO - "La fiesta de la Inmaculada ilumina como un faro el tiempo del Adviento, que es tiempo de vigilante y confiada espera del Salvador": oración del Papa en la solemnidad de la Inmaculada Concepción

lunes, 11 diciembre 2006

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "Celebramos hoy una de las fiestas de la bienaventurada Virgen más bellas y populares: la Inmaculada Concepción. María no sólo no cometió pecado alguno, sino que quedó preservada incluso de esa común herencia del género humano que es la culpa original, a causa de la misión a la que Dios le había destinado desde siempre: ser la Madre del Redentor". Con estas palabras el Santo Padre Benedicto XVI ha introducido la oración del ángelus el viernes 8 de diciembre. La respuesta a la pregunta de por qué, Dios eligió, entre todas las mujeres, precisamente a Maria de Nazaret, "se esconde en el misterio insondable de la divina voluntad" ha afirmado al Papa, que ha continuado: "Sin embargo hay un motivo que el Evangelio destaca: su humildad". El Santo Padre ha citado después a este respecto, el último Canto del Paraíso de Dante Alighieri y el Magnificat del evangelista Lucas. "Dios se sintió prendado por la humildad de María, que encontró gracia a sus ojos - ha explicado el Papa -. Se convirtió, de este modo, en la Madre de Dios, imagen y modelo de la Iglesia, elegida entre los pueblos para recibir la bendición del Señor y difundirla entre toda la familia humana. Esta ‘bendición’ es el mismo Jesucristo. Él es la fuente de la «gracia», de la que María quedó llena desde el primer instante de su existencia. Acogió con fe a Jesús y con amor le entregó al mundo. Esta es también nuestra vocación y nuestra misión, la vocación y la misión de la Iglesia: acoger a Cristo en nuestra vida y entregarlo al mundo."
El Santo Padre, antes del rezo del ángelus, ha recordado que "la fiesta de la Inmaculada ilumina como un faro el período de Adviento, que es un tiempo de vigilante y confiada espera del Salvador." y ha invitado a todos a unirse, por la tarde, en el tradicional acto de homenaje a "esta dulce Madre por gracia y de la gracia".
Según la tradición en efecto, la tarde del 8 de diciembre el Santo Padre se acerca a la Plaza de España para rendir homenaje a la estatua de la Inmaculada situada sobre de una alta columna marmórea, entre la embajada de España ante la Santa Sede y el Palacio de Propaganda Fide. En el curso de una breve liturgia de alabanza, el Papa ha pronunciado una oración invocando a Maria con las palabras del ángel: "llena de gracia" (Lc 1,28). A continuación reconducimos algunos pasajes de la oración: "En tu Inmaculada Concepción resplandece la vocación de los discípulos de Cristo, llamados a convertirse, con su gracia, en santos e inmaculados por el amor. En ti brilla la dignidad de todo ser humano, que siempre es precioso a los ojos del Creador. Quien te dirige la mirada, Madre totalmente santa, no pierde la serenidad, por más duras que sean las pruebas de la vida".
"Enséñanos a pronunciar también nuestro «sí» a la voluntad del Señor. Un «sí» que se une a tu «sí» sin reservas y sin sombras, del que ha querido tener necesidad el Padre para generar al Hombre nuevo, Cristo, único salvador del mundo y de la historia. Danos la valentía para decir «no» a los engaños del poder, del dinero, del placer; a las ganancias deshonestas, a la corrupción y a la hipocresía, al egoísmo y a la violencia. «No» al Maligno, príncipe mentiroso de este mundo”.
"Tu nombre es para todas las generaciones prenda de esperanza segura... Virgen «llena de gracia», muéstrate Madre tierna y cariñosa con los habitantes de esta tu ciudad, para que el auténtico espíritu evangélico los anime y oriente sus comportamientos; muéstrate Madre y guardiana vigilante de Italia y Europa, para que de las antiguas raíces cristianas los pueblos sepan tomar la linfa para construir su presente y su futuro; muéstrate Madre próvida y misericordiosa hacia el mundo entero para que, respetando la dignidad humana y rechazando toda forma de violencia y de explotación, se sienten bases firmes para la civilización del amor".
Al salir de la Plaza de España, el Santo Padre ha acercado a la Basílica de Santa Maria La Mayor donde ha rendido homenaje al icono de Maria "Salus Populi Romani". (S.L) (Agencia Fides 11/12/2006, Líneas: 48 Palabras: 741)


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