VATICANO - “Cristianos y Musulmanes en diálogo para afrontar juntos los desafíos del mundo”: el mensaje del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso al final del Ramadán

sábado, 21 octubre 2006

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Con ocasión del final del Ramadán (‘Id al-Fitr 1427 H. / 2006 A.D.), como acostumbrado, el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso dirigió un saludo a los Musulmanes sobre el tema: “Cristianos y Musulmanes en diálogo confiado para afrontar juntos los desafíos del mundo”. El Mensaje está firmado por el Presidente del Pontificio Consejo, el Card. Paul Poupard, y del Secretario, el Arzobispo Mons. Pier Luigi Celata.
“Os deseo paz, tranquilidad y gozo en vuestros corazones, en vuestras casas y en vuestros respectivos países -está escrito al inicio del Mensaje-. Estos saludos hacen eco a aquellos que Su Santidad, el Papa Benedicto XVI en persona, al inicio del Ramadán, formuló a los diplomáticos de los países de mayoría musulmana acreditados ante la Santa Sede, a otros países miembros y observadores de la Organización de la Conferencia Islámica y a representantes de las comunidades musulmanas en Italia”.
El texto del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso afirma que “es hermoso poder compartir con vosotros este momento significativo en el ámbito de nuestras relaciones de dialogo”, poniendo en evidencia que “si el camino de un diálogo auténtico puede a veces ser arduo, este se hace mucho más que nunca necesario”. El mes del Ramadán ha sido también “un tiempo de oración y de reflexión sobre la difícil situación que está viviendo nuestro mundo. No obstante se vea todo aquello que e s bueno y agradeciendo al Señor, es imposible no constatar los graves problemas que gravan en nuestra época: la injusticia, la pobreza, las tensiones y los conflictos en el interior de los países, y también entre ellos. La violencia y el terrorismo constituyen una llaga particularmente dolorosa”. El trágico balance de esta situación ve tantas vidas humanas y destruidas, viudas, huérfanos, heridos en el cuerpo y en el corazón…
“Como cristianos y musulmanes, ¿no somos acaso los primeros en ser llamados a ofrecer nuestra contribución específica a la solución de esta grave situación y de estos complejos problemas?”… Si no mantenemos nuestro puesto como creyentes, muchos se preguntaran sobre la utilidad de las religiones y sobre nuestra coherencia en cuanto hombres y mujeres que se postran delante de Dios”.
En el mensaje se evidencia como las dos religiones atribuyen “mucha importancia y mucho espacio al amor, a la compasión y a la solidaridad”, y se cita la primera encíclica del Papa Benedicto XVI, ‘Deus caritas est’, en donde se afirma que el amor auténtico por Dios es inseparable del amor por los demás. La encíclica destaca después la importancia de la caridad fraterna en la misión de la Iglesia: “el amor, para ser creíble, debe ser concreto. Es necesario que sea una ayuda ofrecida a todos, partiendo de los más desamparados. El amor verdadero debe ponerse al servicio de la vida de todos los días, pero también de la búsqueda de soluciones justas y pacíficas a los graves problemas que golpean nuestro mundo”. Los creyentes que se comprometen en el ayudar a las personas necesitadas y en la búsqueda de soluciones a tales problemas, “lo hacen antes que nada por amor de Dios, «por el rostro de Dios».”
Finalmente, el Mensaje llama a la necesidad “de nuestra atención y de nuestra acción” de frente a los graves problemas del mundo: “Pidamos a Dios, en la oración, de ayudarnos a afrontarlos con valor y determinación. Ahí donde podamos trabajar juntos, no trabajemos separados. El mundo, y nosotros con él, necesita de Cristianos y Musulmanes que se respeten, se estimen y ofrezcan su testimonio de amarse y de trabajar juntos por la gloria de Dios y por el bien de todos los hombres”.
El texto concluye con el auspicio de “promover, donde sea, las relaciones más grandes de comprensión de más amplia cooperación entre cristianos y musulmanes; será esto una importante contribución para restablecer y refortalecer la paz al interior de las naciones y entre los pueblos”. (S.L.) (Agencia Fides 21/10/2006)


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