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Sandhurst (Agencia Fides) - La pena de muerte es una práctica injusta: sólo Dios tiene el poder de dar y quitar la vida, y los cristianos están llamados a comprometerse, siempre y en cualquier circunstancia, ala tutela de la vida humana. Afirma Mons. Joseph Grech en un coloquio con la Agencia Fides, recordando el reciente caso de los tres católicos indonesios condenados a muerte y ejecutados en Indonesia.
"Es una triste noticia - afirma Mons. Grech - como lo es cada vez que una persona sufre la pena capital. En los diversas diócesis australianas hemos organizado vigilias de oración y hemos confiado su vida al Señor. En Australia no existe la pena capital y el pueblo condena fuertemente esta práctica. También los líderes políticos australianos y el gobierno se han expresado en diversas ocasiones contra la pena de muerte. Nosotros permanecemos cercanos a Indonesia, el país musulmán más populoso del mundo, y tenemos un deseo auténtico de establecer buenas relaciones. Pedimos a Indonesia, y a todos los países dónde está vigente la pena capital, que eliminen esta práctica contra la vida humana."
Además, señala el Obispo, "la condena y la ejecución de los tres ha dejado en los católicos la impresión de no haber sido tratados según la justicia. Por ejemplo, se dice que ningún musulmán ha sido condenado por los enfrentamientos y matanzas que tuvieron lugar en los años de la guerra civil". Mons. Grech concluye: "Pedimos por los tres ejecutados, por sus familias, por sus amigos. Pedimos para que la paz, la justicia, el respeto absoluto de la vida puedan triunfar en todos los países del mundo."
Australia abolió la pena de muerte por los delitos comunes en 1984 y por los crímenes de guerra en 1985. La ley sobre la extradición prevé que nadie pueda ser desterrado en el caso de una acusación punible con la pena de muerte. (PA) (Agencia Fides 13/10/2006 Líneas: 26 Palabras: 349)
