VATICANO - El Papa Benedicto XVI continúa en la audiencia general las catequesis dedicadas a los Apóstoles: "La figura de san Bartolomé queda delante de nosotros para decirnos que la adhesión a Jesús puede ser vivida y también testimoniada sin el cumplimiento de obras sensacionales"

jueves, 5 octubre 2006

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Una vez que ya ha vuelto al Vaticano después del período veraniego pasado en Castel Gandolfo, el Santo Padre Benedicto XVI ha tenido la audiencia general el miércoles 4 de octubre en la plaza de San Pedro. Antes de la audiencia el Papa bendijo la estatua de santa Genoveva Torres Morales, fundadora de la Congregación de las Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús y los Santos Ángeles, que fue colocada en uno de los nichos externos del ábside de la Basílica Vaticana.
El Papa Benedicto XVI ha dedicado su catequesis durante la audiencia general, al apóstol Bartolomé: " No tenemos noticias importantes de Bartolomé.- ha dicho el Pontífice -; de hecho, su nombre aparece siempre y sólo dentro de las listas de los doce que antes he citado y, por tanto, no es el protagonista de ninguna narración. Tradicionalmente, sin embargo, es identificado con Natanael: un nombre que significa «Dios ha dado». Este Natanael era originario de Caná y, por tanto, es posible que haya sido testigo de algún gran «signo» realizado por Jesús en aquel lugar. La identificación de los dos personajes se debe probablemente al hecho de que Natanael, en la escena de la vocación narrada por el Evangelio de Juan, es colocado junto a Felipe, es decir, en el puesto que tiene Bartolomé en las listas de los apóstoles referidas por los demás Evangelios"
El Papa ha recordado como al anuncio de Felipe de haber encontrado a "aquel de quien escribió Moisés en la Ley, y también los profetas: Jesús, hijo de José, el de Nazaret", Natanael respondió: "De Nazaret puede salir algo bueno"?. Esta afirmación nos hace ver que, "según las expectativas judías, el Mesías no podía proceder de un pueblo tan oscuro, como era el caso de Nazaret" y, al mismo tiempo, "pone en evidencia la libertad de Dios, que sorprende nuestras expectativas, manifestándose precisamente allí donde no nos lo esperamos".
El caso de Natanael nos propone también otra reflexión: "en nuestra relación con Jesús, no podemos contentarnos sólo con las palabras.... Nuestro conocimiento de Jesús tiene necesidad sobre todo de una experiencia viva: el testimonio de otra persona es ciertamente importante, pues normalmente toda nuestra vida cristiana comienza con el anuncio que nos llega por obra de uno o de varios testigos. Pero nosotros mismos tenemos que quedar involucrados personalmente en una relación íntima y profunda con Jesús". Volviendo al encuentro de Jesús con Natanael, en el breve diálogo que transcurre entre los dos, Natanael se siente tocado en el corazón por las palabras de Jesús, se siente incluido y entiende: este hombre sabe todo de mí, Él sabe y conoce el camino de la vida, puedo confiarme realmente a este hombre. Y así responde con una confesión de fe límpida y bella, diciendo: 'Rabbì, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel'… Las palabras de Natanael presentan un doble y complementario aspecto de la identidad de Jesús: es reconocido tanto por su relación especial con Dios Padre, del que es Hijo unigénito, como por su relación con el pueblo de Israel, de quien es llamado rey, atribución propia del Mesías esperado". El Papa Benedicto XVI ha exhortado después a no perder nunca de vista estos dos componentes, "pues si proclamamos sólo la dimensión celestial de Jesús corremos el riesgo de hacer de Él un ser etéreo y evanescente, mientras que si sólo reconocemos su papel concreto en la historia, corremos el riesgo de descuidar su dimensión divina, que constituye su calificación propia".
No tenemos muchas noticias ciertas sobre la actividad apostólica de Bartolomé-Natanael, que según algunas fuentes habría dejado huella de su presencia en la India. A partir de la Edad Media, se impuso la narración de su muerte por despellejamiento, que se hizo después sumamente popular. “Podemos decir - ha concluido el Santo Padre - que la figura de san Bartolomé, a pesar de la falta de noticias, nos dice que la adhesión a Jesús puede ser vivida y testimoniada incluso sin realizar obras sensacionales. El extraordinario es Jesús, a quien cada uno de nosotros estamos llamados a consagrar nuestra vida y nuestra muerte".
Al término de los saludos dirigidos a los fieles en las diversas lenguas, el Santo Padre se ha dirigido a los sacerdotes y estudiantes que se encuentran en Roma en los Pontificios Colegios de San Pedro Apóstol, San Pablo Apóstol y Maria Mater Ecclesiae, dependientes de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, con estas palabras: "Estoy contento de acoger hoy a los sacerdotes, procedentes de diversas naciones inscritos en los Colegios Pontificios San Pedro Apóstol, San Pablo Apóstol y Maria Mater Ecclesiae en Roma para realizar sus estudios: a todos vosotros os deseo un provechoso año académico". El Papa ha recordado por último, la figura del Santo de Asís: "Que el luminoso ejemplo de san Francisco de Asís, de quien celebramos hoy la fiesta, os lleve vosotros, queridos jóvenes, proyectar vuestro futuro en plena fidelidad al Evangelio. Os ayude vosotros, queridos enfermos, a afrontar el sufrimiento con on valentía, encontrando en Cristo crucificado luz y consuelo. Os conduzca, queridos recién casados, a un amor cada vez más generoso". (S.L) (Agencia Fides 5/10/2006, Líneas: 62 Palabras: 905)


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