ASIA/PAKISTAN - El valiente testimonio de la pequeña comunidad católica en Pakistán, en la Prefectura Apostólica de Quetta, en un territorio inaccesible en la frontera entre Irán y Afganistán

jueves, 28 septiembre 2006

Quetta (Agencia Fides) - La llama de la fe cristiana existe y continua resplandeciendo. Pero a duras penas se mantiene encendida, en un entorno difícil. En una de las circunscripciones eclesiásticas más remotas en el Sudoeste del Pakistán, la Prefectura Apostólica de Quetta, en la forntera con Irán y Afganistán, en un territorio montañoso e inaccesible, vive una pequeña comunidad católica, compuesta por pobres campesinos y ganaderos. En el humilde trabajo cotidiano, en el silencio, en la oraicón, las familias católicas dan su testimonio de vida cristiana.
Quetta, ciudad de cerca de tres millones de habitantes, se encuentra en la Provincia del Beluchistan, del territorio desértico o montañoso, a menudo inaccesible. Los católicos son cerca de 30.000 y la Prefectura está dirigida por Mons. Víctor Gnanapragasam, ceilandés de los Misioneros Oblatos de Maria Inmaculada. "No es fácil profesar la fe cristiana en un país en el que a menudo somos considerados ciudadanos de segunda clase", dicen algunos fieles locales en un testimonio enviado a la Agencia Fides. "Y donde a menudo nos convertimos en blanco preferido de los militantes radicales islámicos."
También el Prefecto Apostólico vive estas dificultades: "No consigo siempre visitar los muchas comunidades de la Prefectura. Pero sé de todas formas que ellas siguen reuniéndose regularmente, para rezar, celebrar y compartir la Palabra de Dios, a pesar de la hostilidad y las dificultades."
Para realizar su trabajo pastoral en los territorios, Mons. Gnanapragasam recibe la ayuda de 9 sacerdotes y 20 religiosas, entre Hermanas Franciscanas, dominicanas, Hermanas del Buen Pastor y Hermanas de San José. La Prefectura también administra una escuela, frecuentada por numeroso estudiantes cristianos y no cristianos y una casa de acogida para los servicios sociales urgentes como son la asistencia a huérfanos, mujeres abandonadas y familias pobres.
Además de los Oblatos de Maria Inmaculado (OMI) - cuya provincia en Pakistán fue fundada en 1973 y hoy cuenta en total con 15 religiosos - también trabajan los Salesianos en Quetta, con un grupo de seis religiosos. La ciudad, situada a apenas 100 km de la frontera con Afganistán, han sido por años y continua siéndolo, meta de refugiados y los religiosos los asisten. Los Salesianos administran una parroquia en Quetta con unos 1200 familias cristianas, administrando un centro juvenil, para actividad de catequesis, formación profesional, diversión, para los jóvenes. (PA) (Agencia Fides 28/9/2006 Líneas: 33 Palabras: 409)


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