VATICANO - Las palabras dirigidas por Jesús a Tomás nos recuerdan “nos recuerdan el auténtico sentido de la fe madura y nos alientan a continuar, a pesar de las dificultades, por el camino de fidelidad a Él”: la catequesis del Papa en la audiencia general

miércoles, 27 septiembre 2006

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Retomando directamente el ciclo de catequesis sobre los doce Apóstoles elegidos por Jesús, durante la audiencia general de hoy en la plaza de San Pedro, el Santo Padre ha dedicado su discurso al apóstol Tomás, cuyo nombre deriva de una raíz hebrea, ta'am, que significa "mellizo" ha explicado al Papa. El Evangelio de Juan lo llama varias veces con el apodo de "Didimo", que quiere decir "gemelo" en griego, pero no está claro el por qué.
Entre los elementos de los Evangelios que definen los rasgos principales de su personalidad, el Santo Padre ha citado ante todo la exhortación dirigida por Tomás a los otros discípulos cuando Jesús decidió ir a Betania para resucitar a Lázaro, acercándose peligrosamente a Jerusalén: ‘Vayamos también nosotros y muramos con El’. " Su determinación a la hora de seguir al Maestro es verdaderamente ejemplar y nos ofrece una enseñanza preciosa: revela la total disponibilidad de adhesión a Jesús hasta identificar la propia suerte con la suya y querer compartir con Él la prueba suprema de la muerte”.
Una segunda intervención de Tomás se da en la última Cena, cuando Jesús, "prediciendo su inminente partida, anuncia que irá a preparar un lugar para los discípulos para que ellos también estén donde Él se encuentre; y especifica: ‘Y adonde yo voy sabéis el camino’”. La pregunta de Tomás, ‘Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?’ provoca la respuesta de Jesús: 'Yo soy el camino, la verdad y la vida'. " Cada vez que escuchamos o leemos estas palabras- ha dicho el Santo Padre - , podemos ponernos con el pensamiento junto a Tomás e imaginar que el Señor también habla con nosotros como habló con él". También nosotros con frecuencia no comprendemos lo que Jesús dice, entonces debemos tener el valor de decirle: “no te entiendo, Señor, escúchame, ayúdame a comprender”.
Conocida es por último, la escena de Tomás incrédulo después de la resurrección de Jesús. "Tomás considera que los signos característicos de la identidad de Jesús son ahora sobre todo las llagas, en las que se revela hasta qué punto nos ha amado. En esto el apóstol no se equivoca. Como sabemos, ocho días después, Jesús vuelve a aparecerse a sus discípulos y en esta ocasión Tomás está presente. Y Jesús le interpela: «Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente»”. Tomás reacciona con la profesión de fe más espléndida del Nuevo Testamento: ‘¡Señor mío y Dios mío!'. El evangelista continúa con una última palabra de Jesús a Tomás: El evangelista continúa con una última frase de Jesús dirigida a Tomás: ‘Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han visto y han creído'. "Esta frase - ha explicado el Papa - puede enunciarse también en presente: «Dichosos los que no ven y creen». En todo caso, Jesús enuncia aquí un principio fundamental para los cristianos que vendrán después de Tomás, es decir, para todos nosotros. El caso del apóstol Tomás es importante para nosotros al menos por tres motivos: primero, porque nos consuela en nuestras inseguridades; en segundo lugar, porque nos demuestra que toda duda puede tener un final luminoso más allá de toda incertidumbre; y, por último, porque las palabras que le dirigió Jesús nos recuerdan el auténtico sentido de la fe madura y nos alientan a continuar, a pesar de las dificultades, por el camino de fidelidad a Él”.
Una última anotación sobre Tomás lo presenta como testigo del Resucitado en el siguiente momento de la pesca milagrosa en el Lago de Tiberíades. " Recordemos, por último- ha concluido el Santo Padre - que según una antigua tradición, Tomás evangelizó en un primer momento Siria y Persia (así lo dice ya Orígenes, según refiere Eusebio de Cesarea), y luego llegó hasta la India occidental, desde donde después el cristianismo llegó también al sur de la India. Con esta perspectiva misionera terminamos nuestra reflexión, deseando que el ejemplo de Tomás confirme cada vez más nuestra fe en Jesucristo, nuestro Señor y nuestro Dios". (S.L) (Agencia Fides 27/9/2006, Líneas:48 Palabras: 730)


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