VATICANO - Seminario de estudio para Obispos - "Doctrina social y Evangelización" es el tema presentado por el Card. Renato Raffaele Martino

viernes, 22 septiembre 2006

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - La Doctrina social se sitúa al corazón de la misión evangelizadora de la Iglesia: es la enseñanza refirmada con fuerza en el Compendio de la doctrina social de la Iglesia, publicado en octubre de 2004 por el Consejo Pontificio Justicia y Paz, que el Card. Renato Raffaele Martino, Presidente de dicho Pontificio Consejo, ha puesto en evidencia durante su relación en el Seminario de estudio para los Obispos promovidos por la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.
Refiriéndose en su intervención a dicho Compendio, el Card. Martino ha señalado como el capítulo segundo ilustra "el carácter eclesiológico de la doctrina social, esto es, su relación con la misión de la Iglesia, con la evangelización y con el anuncio de la salvación cristiana en las realidades temporales. La misión de servicio al mundo, propia de la Iglesia, que consiste en el ser signo de unidad de todo el género humano y sacramento de salvación, cuenta también, en efecto, entre sus instrumentos con la doctrina social, indispensable cuando se trata de proclamar la verdad sobre Cristo, sobre la Iglesia y sobre el hombre aplicándola a una situación concreta". La doctrina social por lo tanto se sitúa "dentro de la misión a evangelizadora de la Iglesia" no como algo añadido o colateral a la vida cristiana.
De la estrecha relación entre misión evangelizadora de la Iglesia y doctrina social, deriva la relación entre ministerio episcopal y doctrina social. En efecto "pertenece íntimamente a la función de enseñanza del Obispo - afirma el Decreto conciliar Christus dominus, n.12 - mostrar que en el plan de Dios Creador las realidades terrenales y las instituciones humanas están también orientadas a la salvación de los hombres y pueden por tanto contribuir no poco a la edificación del Cuerpo de Cristo". El Obispo por lo tanto es el "primer maestro de la fe de una comunidad particular" y tiene la tarea específica de "discernimiento de los acontecimientos históricos a la luz de la doctrina social".
El Card. Martino ha afirmado a continuación que "el mayor y principal empeño del Obispo en el plano del magisterio y la acción pastoral, debe ser constantemente y de manera prioritaria el cuidado en defender, proponer y hacer fructificar los principios de la doctrina social de la Iglesia". Tales principios son válidos para todos, pero sobre todo para los cristianos, que están llamados a edificar una sociedad digna del hombre, más justa y fraterna. Ellos "constituyen una serie de referencias fundamentales, indispensables para interpretar la sociedad desde el punto de vista ético… Son los grandes pilares de un edificio social construido según las arquitecturas propuestas por la Revelación y la ley natural según las geometrías de la fides y la ratio, que lo sustentan integralmente."
A continuación el Presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz ha reafirmado los principios de la "absoluta dignidad, centralidad, intangibilidad de la persona humana" y el empeño que concierne a todos los ciudadanos, de contribuir a realizar el bien común, en cuanto ello es "el bien ético de la vida social, en todos sus aspectos, para todos sus sujetos y sus miembros". Continuando en su relación, el Purpurado ha citado la necesidad de evangelizar el principio de subsidiariedad, en el que están en contraste las formas de concentración, de burocratización, de asistencialismo, de presencia excesiva del Estado y del aparato público… y de evangelizar el principio de solidaridad, de modo que "sea principio ético-social sea virtud, real concretización actual de la justicia."
"El munus-docendi que tenemos - ha concluido el Card. Martino - con la grave responsabilidad de ejercerlo en relación a estos argumentos, permitirá a nuestros fieles comprender y cultivar, también a nivel espiritual, la necesaria relación entre fe, ética y actuar social… El Obispo es el primer servidor de la propia comunidad. Deberá ser también el primer responsable de la difusión de la doctrina social en la propia diócesis, recordando continuamente a todos los sujetos eclesiales su responsabilidad”. (S.L) (Agencia Fides 22/9/2006; Líneas: 50 Palabras: 679)


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