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Roma (Agencia Fides) - Ascienden a veintinueve los países africanos con una presencia significativa en Roma. Sin contar con que en la capital están todas las sedes diplomáticas africanas y todas las representaciones ante los organismos de las Naciones Unidas, como la FAO o la Ifad. Todo lo cual no puede menos que favorecer la inmigración desde los distintos países de África, también por motivos de estudio. “Son muchos - confirma a Fides don Agustín Bita Lihun Nzundu, capellán de la comunidad congolesa - los que vienen a Roma para estudiar, aunque con frecuencia necesitan de nuestra ayuda para pagar las tasas universitarias”.
El Centro para la pastoral africana es dirigido por la Acse, la Asociación Combonianos Servicio Emigrantes y Prófugos, instituida hace treinta años por el Padre Renato Bresciani con el nombre de Asociación Comboniana de Estudiantes Extranjeros. La sede se encuentra en Vía del Buen Consejo 19 (Tel: 06.679.16.69). “Cada sábado a las 17,30 - cuenta el capellán Padre Jean Bosco Gakirage - celebramos la Santa Misa para los inmigrantes y los sesenta y cuatro voluntarios que colaboran con nosotros, acompañados por el coro “África canta” compuesto por estudiantes universitarios”. La celebración es precedida por dos encuentros: uno de preparación y otro de oración para jóvenes. El apoyo de la Acse no se detiene aquí sin embargo: hemos activado diecisiete diversos servicios entre ellos un curso de italiano, un servicio de odontología y un curso de informática. Además el Centro se ha adherido al proyecto “118 espiritual” que, en caso de hospitalización, trata de encontrar personas de la misma etnia del enfermo para que vayan a verle al hospital y ofrecerle un apoyo. “Una labor misionera que se expresa en la realidad cotidiana y se articula en varios niveles de comprensión, gracias también a la competencia de nuestros voluntarios” afirma el P. Jean subrayando cómo en esta acogida no existe ningún tipo de distinción religiosa.
Algunos países de África tienen su propia capellanía como, por ejemplo, la República Democrática del Congo. Los casi 900 inmigrantes congoleses en Roma pueden contar con la Comunidad Católica Congolesa, que tiene su sede en la Iglesia de la Natividad, en Piazza Pasquino (Tel: 06.683.26.39). Además de servicios de orientación y acogida para los recién llegados, la comunidad, fundada en el 1994 por voluntad del Cardenal Frédéric Etsou, Arzobispo de Kinshasa, presta una atención particular a la pastoral de la familia. “Cada mes - explica a Fides el responsable, don Agustín - organizamos dos encuentros de “Famille Chrétienne”, en los que veinte familias cuentan sus propias experiencias y reflexionan sobre varios temas relacionados con el campo de la fe”. La intención con la que el Cardenal Etsou quiso instituir el Centro, era que quien lo frecuentase no se sintiera proveniente de una específica zona del Congo, sino que pertenece a una única comunidad católica congolesa. “Con esta finalidad es muy importantes la labor de nuestro coro, llamado ‘Bondeko’, esto fraternidad, que anima las Celebraciones Eucarísticas también en otras parroquias, mostrando nuestro modo de vivir la fe “.
También los casi 1.900 caboverdianos que viven en la capital tienen un punto de encuentro en el centro “Tra noi” (Vía Monte del Gallo 113, Tel: 06.393.874.46) dirigido por las Misioneras del Sagrado Corazón. La comunidad, en su mayoría compuesta de mujeres, se encuentra el jueves por la tarde y el domingo al término de la Misa celebrada en lengua portuguesa a las 19 horas. El principal obstáculo de los caboverdianos es el bajo nivel de instrucción que no les permite encontrar un trabajo satisfactorio. Por eso en el centro Tra noi, las misioneras tienen cursos de alfabetización. La escuela portuguesa, instituida en el 1971 por Fernanda Vas, les ayuda mucho, ya que cubre todos los niveles de ordenación escolar hasta la madurez. La gran mayoría de los caboverdianos que hoy desarrollan un trabajo cualificado en Italia lo deben a esta institución. (MP) (Agencia Fides 18/7/2006 Líneas: 50 Palabras: 672)
