VATICANO - “De los sacerdotes los fieles esperan solamente una cosa: que sean especialistas en promover el encuentro del hombre con Dios. Al sacerdote no se le pide ser experto en economía, en construcción o en política. De él se espera que sea un experto en vida espiritual”: el Santo Padre Benedicto XVI a los sacerdotes reunidos en la Catedral de Varsovia

viernes, 26 mayo 2006

Varsovia (Agencia Fides) - Tras finalizar la ceremonia de bienvenida en el aeropuerto de Warsazwa, al iniciar su visita pastoral a Polonia, el Santo Padre Benedicto XVI se dirigió a la Catedral dedicada a San Juan, para el encuentro con los sacerdotes, que ha comenzado con las palabras de saludo del Cardenal Primado Józef Glemp.
Inspirándose en la palabras del Apóstol San Pablo (Rom. 1, 8-12), el Santo Padre recordó en primer lugar la historia dolorosa de la capital y del país, y las pruebas a las que tantos de sus habitantes fueron sometidos en tiempos no lejanos: “Recordemos los heroicos testigos de la fe, que ofrecieron sus vidas a Dios y a los hombres, santos canonizados y también hombres comunes, que perseveraron en la rectitud, en la autenticidad y en la bondad, sin caer jamás en la desconfianza”. En particular el Papa recordó al Cardenal Stefan Wyszynski, “el cual, abandonándose en Cristo y en su Madre, supo servir fielmente a la Iglesia incluso en medio de pruebas dolorosas y prolongadas”.
Después el Santo Padre exhortó a los sacerdotes: “¡Creed en la potencia de vuestro sacerdocio! En virtud del sacramento habéis recibido todo lo que sois… En vuestra Ordenación, mediante el signo litúrgico de la imposición de las manos, Cristo os ha cogido bajo su protección especial; vosotros habéis sido escondidos entre sus manos y en su Corazón. ¡Sumergíos en su amor, y dadle vuestro amor!”. Frente al temor que la grandeza del sacerdocio puede infundir, el Papa ha exhortado a confiar en el Señor: “No nos dejemos arrastrar por la prisa, como si el tiempo dedicado a Cristo en silenciosa oración sea tiempo perdido. Es justamente allí donde nacen los más maravillosos frutos del servicio pastoral. No debemos desanimarnos por el hecho de que la oración exige un esfuerzo, ni por la impresión de que Jesús calla. Él calla, pero actúa… En un mundo donde hay tanto ruido, tanta pérdida de rumbo, hay necesidad de adoración silenciosa de Jesús escondido en la Hostia. Sed asiduos en la oración de adoración y enseñársela a los fieles. En ella encontrarán consuelo y luz, sobre todo las personas probadas”.
Trazando un perfil del sacerdote, el Santo Padre ha señalado: De los sacerdotes los fieles esperan solamente una cosa: que sean especialistas en promover el encuentro del hombre con Dios. Al sacerdote no se le pide ser experto en economía, en construcción o en política. De él se espera que sea un experto en vida espiritual… Frente a las tentaciones del relativismo o del permisivismo, no es en absoluto necesario que el sacerdote conozca todas las actuales, cambiantes corrientes de pensamiento; lo que los fieles esperan de él es que sea testigo de la sabiduría eterna, contenida en la palabra revelada… Cristo tiene necesidad de sacerdotes que sean maduros, viriles, capaces de cultivar una auténtica paternidad espiritual. Papa que esto suceda, es necesaria la honestidad para con nosotros mismos, la apertura hacia el director espiritual y la confianza en la divina misericordia”.
El Santo Padre Benedicto XVI recordó la exhortación de Juan Pablo II a los cristianos de hacer penitencia por las infidelidades pasadas, y explicó: “Creemos que la Iglesia es santa, pero en ella hay hombres pecadores . Es necesario rechazar el deseo de identificarse solamente con aquellos que no tienen pecado. ¿Cómo podría la Iglesia excluir de sus filas a los pecadores? Es necesario una sinceridad humilde para no negar los pecados del pasado, y sin embargo no permitir que se le hagan acusaciones fáciles sin tener pruebas reales o ignorando las diferentes pre-comprensiones de entonces… Pidiendo perdón por el mal cometido en el pasado debemos también recordar el bien realizado con la ayuda de la gracia divina que, aunque depositada en vasos de arcilla, ha dado frutos con frecuencia excelentes”.
En la parte conclusiva de su discurso, el Papa ha recordado el gran desafío pastoral para la Iglesia polaca: atender a los fieles que han dejado el país. “La Iglesia que está en Polonia ha dado ya numerosos sacerdotes y religiosas, que desarrollan su servicio no sólo en favor de los polacos que se encuentran fuera de los confines del país, sino también, y a veces en condiciones dificilísimas, en las misiones de África, Asia, América Latina y otras regiones. No olvidéis, queridos sacerdotes a estos misioneros. El don de numerosas vocaciones, con las que Dios ha bendecido vuestra Iglesia, debe ser acogido en una perspectiva verdaderamente católica. Sacerdotes polacos - concluyó el Papa -, no tengáis miedo de dejar vuestro mundo seguro y conocido, para ir a servir allí donde faltan los sacerdotes y donde vuestra generosidad puede llevar un fruto copioso” (SL) (Agencia Fides 26/5/2006 Líneas: 70 Palabras: 847)


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