VATICANO - La catequesis del Papa en la audiencia general: "Por medio del ministerio apostólico es el mismo Cristo a alcanzar quien es llamado a la fe. La distancia de los siglos es superada y lo Renacido se ofrece vivo y operante por nosotros, en el hoy de la Iglesia y del mundo. Ésta es nuestra gran alegría."

jueves, 4 mayo 2006

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - En este período el Santo Padre Benedicto XVI está dedicando un ciclo de catequesis, durante la audiencia general del miércoles, al tema de la Iglesia. En particular, el miércoles 3 de mayo se ha centrado por segunda vez, en el sentido y valor de la Tradición Apostólica, considerada "de gran relieve para la vida de la Iglesia."
El Papa ha citado sobre este tema el Concilio Vaticano II: “Dispuso Dios benignamente que todo lo que había revelado para la salvación de los hombres permaneciera íntegro para siempre y se fuera transmitiendo a todas las generaciones. Por ello Cristo Señor, en quien se consuma la revelación total del Dios sumo, mandó a los apóstoles que predicaran a todos los hombres el Evangelio, comunicándoles los dones divinos. Este Evangelio, prometido antes por los profetas, lo completó Él y lo promulgó con su propia boca, como fuente de toda la verdad salvadora y de la ordenación de las costumbres» (Constitución dogmática «Dei Verbum», 7). Este compromiso ha sido realizado fielmente por los apóstoles y sus colaboradores quienes, bajo la inspiración del Espíritu Santo, pusieron por escrito el anuncio de la salvación". "Su número - ha explicado el Pontífice refiriéndose a los Apóstoles - no sólo expresa la continuidad con la santa raíz, el Israel de las doce tribus, sino también el destino universal de su ministerio, que trae la salvación hasta los confines de la tierra. Lo expresa el valor simbólico que tienen los números en el mundo semítico: doce resulta de la multiplicación de tres, número perfecto, por cuatro, número que hace referencia a los cuatro puntos cardinales, por tanto, a todo el mundo”.
La primera comunidad cristiana “se reconoce convocada por la palabra de los primeros que hicieron la experiencia del Señor y que fueron enviados por Él. Sabe que puede contar con la guía de los doce, así como con la de quienes más tarde se asocian como sucesores en el ministerio de la Palabra y en el servicio a la comunión. Por tanto, la comunidad se siente comprometida a transmitir a los demás la «alegre noticia» de la presencia actual del Señor y de su misterio pascual, que obra en el Espíritu". Este compromiso misionero es testimoniado ampliamente sobre todo en los escritos de San Pablo y de otros autores cristianos.
El Concilio Vaticano II recuerda también: "lo que enseñaron los apóstoles encierra todo lo necesario para que el Pueblo de Dios viva santamente y aumente su fe, y de esta forma la Iglesia, en su doctrina, en su vida y en su culto perpetúa y transmite a todas las generaciones todo lo que ella es, todo lo que cree” (Dei Verbum, 8)" La Iglesia transmite toda lo que es y que cree - ha continuado el Papa Benedicto XVI -, lo transmite en el culto, en la vida, en la doctrina. La Tradición es, por tanto, el Evangelio vivo, anunciado por los apóstoles en su integridad, en virtud de la plenitud de su experiencia única e irrepetible: por su obra la fe es comunicada a los demás, hasta llegar a nosotros, hasta el fin del mundo. La Tradición, por tanto, es la historia del Espíritu que actúa en la historia de la Iglesia a través de la mediación de los apóstoles y de sus sucesores, en continuidad fiel con la experiencia de los orígenes".
Continuando en su catequesis, el Santo Padre ha puesto en evidencia que "esta cadena del servicio continúa hasta hoy, continuará hasta al fin del mundo. En efecto el mandato dado por Jesús a los Apóstoles ha sido transmitida por ellos a sus sucesores. Más allá de la experiencia del contacto personal con Cristo, experiencia única e irrepetible, los apóstoles transmitieron a los sucesores el envío solemne al mundo recibido del Maestro.… Así, de manera diferente a los apóstoles, también nosotros tenemos una auténtica y personal experiencia de la presencia del Señor resucitado. A través del ministerio apostólico Cristo mismo llega hasta quien es llamado a la fe, superando la distancia de siglos y ofreciéndosenos, vivo y operante, en el hoy de la Iglesia y del mundo. Esta es nuestra gran alegría". (S.L) (Agencia Fides 4/4/2006, Líneas: 49 Palabras: 751)


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