ASIA/MYANMAR - ENTRE LAS DIFICULTADES ECONÓMICAS Y POLÍTICAS EL TESTIMONIO DE FE ES CONFIADO A LOS “ZETAMANS” JÓVENES VOLUNTARIOS CATÓLICOS: HABLA A LA AGENCIA FIDES UN OBISPO DEL CENTRO DE MYANMAR

martes, 23 septiembre 2003

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – En una zona montañosa y verdeante de selva, en el centro de Myanmar, los jóvenes católicos, llamados en lengua local “zetamans” “literalmente “pequeños evangelizadores”) viajan por los pueblos enseñando a los niños y testimonian el amor de Jesús. Es la experiencia contada en un coloquio con la Agencia Fides por Mons. Peter Hla, Obispo auxiliar de Taunggyi, diócesis aislada en el corazón del territorio birmano.
Myanmar es un país gobernado por una junta militar que concede una limitada libertad religiosa: “En un país de mayoría budista – explica el Obispo - somos pequeños (los católicos son 600.000 en total sobre una población de 51 millones de habitantes). No podemos evangelizar sino solo testimoniar nuestra fe y practicar el culto.
La diócesis de Taunggyi comprende 46.000 fieles divididos en 18 parroquias. Mons. Hla explica a Fides: “Muchos fieles se encuentran en la zona de la capital Taunggyi, otros están esparcidos en poblados aislados, en zonas inaccesibles, difíciles de alcanzar. Allí nuestros jóvenes enviados son los “zetamans”, voluntarios que viajan por los poblados en las zonas rurales y montañosas y llegan allí donde los sacerdotes y religiosos no consiguen llegar. Ellos comparten durante algunos días la vida de la comunidad, pasan mucho tiempo con los niños enseñándoles diversas materias. Su estilo de presencia está hecho de amor, amistad, relacionarse con afecto. Después si se los piden, dan testimonio de su fe. La gente, de hecho, quiere saber mas de ellos, ama el modo de ser, pide información. Así ellos dan razón de su propia esperanza, contando quienes son y como el encuentro con Jesús cambió sus vidas”.
La fe de la comunidad católica se expresa sobre todo en las obras de caridad: “Tenemos casas para disminuidos y enfermos terminales, leproserías, orfanatos donde acogemos a personas de todas las religiones. En nuestras escuelas, dirigidas la mayor parte por congregaciones femeninas, ofrecemos a los niños una formación cultural de optimo nivel: al cabo de los años cuando los niños van a las escuelas públicas se distinguen por su preparación optima”.
Sobre la difícil situación política y económica que vive Myanmar, Mons. Hla afirma: “Defendemos los derechos humanos de la persona. La gente sobrevive a duras penas: estamos inmersos en la pobreza. La población sufre y la Iglesia busca estar a su lado, animar, ayudar. La gente considera a la Iglesia como un cuerpo que defiende la verdad y la caridad, por esto, somos apreciados por la población inclusos por os budistas”.
El Obispo señala el problema de la libertad religiosa: “En las actividades religiosas estamos controlados por el gobierno. Tenemos libertad de culto pero no de misión. Nuestra esperanza es tener más libertad para desarrollar un trabajo pastoral, dirigir la vida de la comunidad, evangelizar”.
Mientras tanto, el gobierno birmano sufre fuertes presiones por parte de los gobiernos occidentales, por grupos para los derechos humanos y por las Organizaciones no Gubernativas desde el pasado mes de mayo, cuando el ejercito arrestó y puso bajo custodia en un lugar secreto a Aung San Suu Kyi, Premio Noble de la Paz y líder de la Liga Nacional para la Democracia.
En estos días el Secretario General de la ONU, Kofi Annan, ha deicidio mandar a Myanmar un enviado especial, Razali Ismail, para pedir la liberación de Aung San Su Kyi. La misión de Ismail en Myanmar durará del 30 de septiembre al 2 de octubre.
(PA) (Agencia Fides 23/9/2003 Líneas: 46 palabras: 593)


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