Cotonú (Agencia Fides) – El fallido golpe en Benín pone de manifiesto las fracturas existentes entre los países de África Occidental. En la noche del 7 al 8 de diciembre, algunos miembros de la Guardia Nacional atacaron la residencia presidencial en Cotonú, ocuparon la sede de la televisión estatal y anunciaron en directo la destitución del presidente Patrice Talon, la suspensión de la Constitución y la creación de un “Comité Militar para la Refundación” encabezado por el teniente coronel Pascal Tigri. Los golpistas justificaron su acción como un intento de combatir los males del país identificados por ellos como: mala administración, favoritismos dentro del ejército, abandono de los soldados caídos en acción y de sus familias, deterioro de la seguridad en el norte, recortes en la asistencia sanitaria, aumento de impuestos y restricciones a las libertades políticas.
El intento de golpe fue condenado por la Conferencia Episcopal local, que mediante una declaración firmada por su presidente, Mons. Roger Houngbédji, Arzobispo de Cotonú, “condena firmemente cualquier recurso a la violencia o acciones que puedan poner en riesgo la paz y la unidad”.
La rápida reacción de los militares leales al gobierno civil permitió recuperar la sede de la televisión, mientras que la aviación nigeriana tomó el control del espacio aéreo de Benín y bombardeó el cuartel de los golpistas. Estos se rindieron y fueron en gran parte arrestados.
Otros Estados miembros de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO/ECOWAS) también intervinieron. En particular, Costa de Marfil envió un contingente de sus fuerzas especiales que se sumó a las tropas nigerianas y locales para garantizar la seguridad del país.
La intervención de Nigeria y Costa de Marfil se interpreta como un mensaje claro de que no se tolerarán nuevos golpes militares en los países de África Occidental tras los ocurridos en Malí, Burkina Faso y Níger. Estos tres Estados declararon su salida de la CEDEAO y crearon la Alianza de Estados del Sahel (AES), que se contrapone a los antiguos socios de la CEDEAO. La junta militar de Burkina Faso declaró el 7 de diciembre que un avión C-130 de la Fuerza Aérea nigeriana, con 2 miembros de tripulación y 9 militares a bordo, violó el espacio aéreo de la Alianza de Estados del Sahel sin autorización previa. Según las autoridades burkinesas, el avión fue obligado a aterrizar en el aeropuerto de Bobo-Dioulasso. La aviación nigeriana negó esta versión, afirmando que su avión se dirigía a Portugal cuando, debido a una avería, realizó un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Burkina Faso.
(L.M.) (Agencia Fides 9/12/2025)