Cotonú (Agencia Fides) – «Los yihadistas han prometido volver a atacar. La población está muy preocupada», ha declarado a la Agencia Fides Su Excelencia Mons. Martin Adjou Moumouni, obispo de N'Dali, diócesis de Benín en cuyo territorio se encuentra la aldea de Kalalé, asaltada el pasado 10 de septiembre por un grupo armado procedente de la vecina Nigeria (véase Fides 11/9/2025).
«Su objetivo es secuestrar a soldados y policías para poder intercambiarlos por su líder, que está detenido en Benín», explica Mons. Adjou Moumouni.
El prelado señala que «el hecho de que las fuerzas de seguridad fueran el objetivo principal de los más de 200 yihadistas que atacaron Kalalé queda demostrado por el intento de asaltar sin éxito la comisaría local y por la emboscada tendida a los militares de una base cercana, levantando una barricada en la carretera que conduce al pueblo». «Gracias a Dios, en los tiroteos no se han registrado víctimas, al menos que sepamos, ni entre la población civil ni entre las fuerzas del orden», añade.
«Sin embargo, seguimos, muy preocupados por la suerte de los seis habitantes de Kalalé secuestrados el 10 de septiembre», continúa el obispo. «Seguramente los han llevado a Nigeria, al bosque donde los yihadistas tienen sus escondites».
Mons. Adjou Moumouni recuerda lo que le relató el operador pastoral secuestrado junto con otras cuatro personas en la frontera entre Benín y Nigeria el pasado 27 de julio, y liberado hace pocos días: «Me contó que él y sus compañeros fueron obligados a caminar durante horas por el bosque con los ojos vendados, e incluso tuvieron que cruzar un río en canoa antes de llegar a su lugar de detención».
«De las cinco personas secuestradas el 27 de julio, dos, entre ellas nuestro operador pastoral, han sido liberadas recientemente. Con las seis capturadas el 10 de septiembre en Kalalé, son ahora nueve las personas que siguen en manos de los yihadistas», precisa el obispo de N’Dali.
El prelado confiesa que «la preocupación aumenta porque, además de amenazar con volver a atacar la zona, los yihadistas han declarado abiertamente que quieren impedir que la Iglesia continúe con sus actividades pastorales».
«Estoy en contacto con los altos mandos militares que se han reunido con el Gobierno en Cotonú. Me han prometido que me informarán sobre las medidas que se adoptarán para garantizar la seguridad de la población de la diócesis y permitirnos seguir con nuestra labor pastoral», concluye el obispo.
(L.M.) (Agencia Fides 12/9/2025)