ÁFRICA/SUDÁN DEL SUR - “Esperanza para una tierra que llora… esperanza para una Iglesia que resurge”: la invitación para el Adviento del obispo de Tombura Yambio

lunes, 1 diciembre 2025

EHK

Tombura Yambio (Agencia Fides) – “El Adviento no es solo velas y oraciones, es una reconstrucción espiritual de nuestra diócesis y de nuestra nación. Preparemos nuestros corazones, nuestras comunidades, nuestras parroquias. Preparemos nuestro país. Porque Cristo está llegando, recorriendo los caminos polvorientos de Ecuatoria Occidental, llamando a las frágiles puertas de Sudán del Sur, buscando un lugar donde nacer en nosotros”.
En el mensaje enviado a la diócesis de Tombura Yambio para el Adviento recién iniciado, el obispo Eduardo Hiiboro Kussala invita a la población a vivir este tiempo como una Iglesia sinodal, “escuchando juntos, perdonando juntos, reconstruyendo juntos en el espíritu del Año Jubilar de la Esperanza”.
“El Adviento ha vuelto, un amanecer suave sobre nuestro frágil Sudán del Sur, un susurro de Dios en el polvo de nuestros caminos, un ligero golpear en la puerta de cada casa y de cada corazón. Esperamos que el Príncipe de la Paz vuelva a caminar por nuestros pueblos: Tombura, Yambio, Ezo, Nzara, Nagero, Rii-Yubu, Sakure, Namatina, Kediba, Maridi, y por cada rincón donde un corazón espera a Dios”, dice el obispo, retomando los cuatro antiguos temas del Adviento. Para la primera semana invita a vivir la “esperanza para una tierra que llora… esperanza para una Iglesia que resurge”.
“Paz para una nación sacudida por el miedo, paz que fluye como agua limpia en cada relación rota y en cada corazón turbado. Cristo viene como lluvia suave sobre nuestra tierra árida”, subraya Hiiboro, invitando a los fieles a “dejar las armas de las palabras y las armas de las manos. En este Adviento, que cada cristiano de Tombura-Yambio prometa: ‘Donde otros siembran rabia, yo sembraré paz’” durante la segunda semana.
“En nuestra diócesis, la alegría ha sobrevivido a guerras, hambre, traumas y exilio. La alegría es nuestro obstinado milagro. La alegría es nuestro rechazo a morir espiritualmente. Cristo nos llama a alegrarnos incluso cuando las lágrimas aún están en nuestros rostros”, es la exhortación para el tercer domingo de Adviento.
Subrayando lo que él mismo define como el corazón del Adviento, Hiiboro repite: “En este Año Jubilar de la Esperanza, Cristo nos invita a amar más allá de toda tribu, más allá de todo pasado, más allá de toda frontera. Amar al extranjero, al refugiado, a quien nos ha hecho daño, al niño que necesita pagar las tasas escolares, al anciano que vive solo. El amor reconstruye las diócesis. El amor sana las comunidades. El amor hace real la sinodalidad. El amor trae a Dios a nuestro hogar”.
(AP) (Agencia Fides 1/12/2025)


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