ÁFRICA/SUDÁN DEL SUR - Graves daños por la tala de plantaciones de teak debido al contrabando gestionado por grupos armados

miércoles, 6 agosto 2025 guerras  

Juba (Agencia Fides) – ¿Las guerras se libran para acaparar recursos o el control de estos sirve para financiar los combates? La pregunta surge al analizar diversos conflictos en África, donde ejércitos regulares, grupos paramilitares y empresas mercenarias se disputan territorios ricos en recursos naturales, alimentando redes de contrabando para su exportación ilegal. Probablemente, la verdad se sitúe en un punto intermedio: se lucha por motivos políticos y, al mismo tiempo, los recursos sirven para financiar a los contendientes. No obstante, también existen redes de especuladores cuya principal motivación es el beneficio económico.

El caso más evidente es el de las provincias orientales de la República Democrática del Congo, donde operan cerca de un centenar de grupos armados en una compleja mezcla de reivindicaciones políticas, étnicas y económicas. Entre ellos, incluidos destacamentos del propio ejército, casi ninguno deja de participar en el saqueo de recursos naturales. A menudo se mencionan minerales como el coltán y el oro -también objeto de tráfico en otros escenarios bélicos, como Sudán y Mali-, pero rara vez se habla de la madera preciosa.

En Sudán del Sur, la teca -apreciada en la fabricación de muebles de alta gama, yates de lujo, barcos y construcciones- constituye el segundo producto de exportación después del petróleo. Sin embargo, es blanco de un contrabando masivo por parte de las distintas facciones enfrentadas, lo que provoca un grave perjuicio a las arcas del Estado. Según el Banco Mundial, el país podría recaudar más de 150 millones de dólares por su exportación, pero en la práctica solo percibe alrededor de 2 millones.

El contrabando está controlado por grupos armados, entre ellos las Fuerzas de Defensa Popular de Sudán del Sur (SSPDF) y el Ejército Popular de Liberación de Sudán en la Oposición, las dos facciones principales surgidas de la división del ejército en 2013. Algunos miembros de las SSPDF participan directamente en la tala, mientras otros supervisan y protegen a los madereros. Parte de esta actividad se realiza a través de empresas vinculadas al propio ejército.

La madera se saca clandestinamente hacia el norte de Uganda con la complicidad de grupos armados y gracias a la corrupción de funcionarios administrativos y agentes fronterizos. En territorio ugandés, funcionarios de aduanas coludidos con los traficantes emiten certificados de origen falsos, de forma que la madera se presenta como producto local y se transporta sin trabas hasta el puerto de Mombasa, en Kenia.

Además del impacto fiscal y económico, el tráfico ilícito de teca a gran escala está causando graves daños medioambientales, acelerando la erosión del suelo y la pérdida de recursos naturales. Las plantaciones del sur del país, en las zonas cercanas a las fronteras con la República Democrática del Congo y Uganda, han sido diezmadas por la tala ilegal.
(L.M.) (Agencia Fides 6/8/2025)


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