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Roma (Agencia Fides) - En numerosas comunidades católicas de todo el mundo los movimientos de "Justicia, Paz y Salvaguardia de la Creación" celebran con manifestaciones públicas, iniciativas de sensibilización y oración, la Jornada Mundial del Agua, convocada por las Naciones Unidas para el 22 de marzo
La Jornada fue instituido en 1993 por las Naciones Unidas, y el acontecimiento ha tenido una creciente atención gracias al "Foro mundial sobre el agua", que se tuvo hace algunos años en Marrakech, La Haya, Kyoto y este año en Ciudad de México.
Las Naciones Unidas destacan que en América latina, África, Asia más de un billón de personas no tienen acceso al agua limpia y 2,6 millares no cuentan con servicios higiénico-sanitarios, es decir, sistemas de alcantarillado. Un quinto de la población mundial no tiene acceso al agua potable, mientras que en el Norte del mundo se desperdicia el agua, a causa de pérdidas en las conducciones y al empleo que hace de ello la población occidental.
Solo se realiza en el 12% de los países ana gestión integrada de los recursos hídricos. Y más de cinco millones de personas mueren cada año a causa de enfermedades causadas por las malas condiciones higiénicas.
Sólo 16 de cada 100 personas pueden abrir un grifo y obtener agua potable, sin agentes patógenos o sustancias contaminantes, para beber, cocinar y lavarse. Por el contrario, 84 de cada 100 personas, deben buscarla, a menudo muy lejos de sus viviendas, cerca de manantiales dónde la disponibilidad es escasa y la calidad mala. El consumo de agua en los países africanos varía como media entre 12 y 50 litros al día por habitante, en los europeos entre 170 y 250 litros (Italia está en la cumbre del consumo europeo, con 250 litros); en Estados Unidos se alcanzan los 700 litros. Según la Organización Mundial de la Salud cuando se está por debajo del umbral de 50 litros de agua al día se puede ya hablar de sufrimiento por falta de agua: de hecho el 40% de la población humana (2,5 mil millones de personas) viven en condiciones higiénicas imposibles sobre todo por falta de agua.
Numerosas comunidades cristianas subrayan que la cuestión del agua se identifica con la cuestión de la pobreza, que coincidiendo con el Foro de Ciudad de México, han subrayado la necesidad de garantizar a todos el "derecho humano" de tener agua pura, especialmente los más pobres. El agua - afirman - es mucho más que una fundamental necesidad humana. Constituye un elemento esencial, insustituible para asegurar la continuación de la vida. El agua está ligada indisolublemente a los fundamentales derechos humanos como son el derecho a la vida, a la comida, a la salud. Constituye un "Derecho humano" al que le falta por desgracia un reconocimiento explícito y aceptación internacional. (Agencia Fides 22/3/2006 Líneas: 36 Palabras: 491)
