AFRICA - Dar espacio a las mujeres en los campos de refugiados: pueden dar una aportación fundamental en la resolución de los problemas

miércoles, 8 marzo 2006

Roma (Agencia Fides) - Las mujeres refugiadas pueden convertirse en líderes en sus comunidades, dando una aportación fundamental para solucionar los problemas específicos de sus comunidades. Lo afirma el Jesuit Refugees Service en una nota difundida con ocasión del Día Internacional de la Mujer, que se celebra hoy, 8 de marzo.
"Las mujeres pueden convertirse en líderes de sus propias comunidades", afirma el JRS, "a condición de que se tomen medidas para asegurarles el acceso a la educación, al empleo, y puedan participar en las decisiones que conciernen a su vida". Por este motivo, el JRS pide que los gobiernos financien fondos para programas que incentiven la participación de las mujeres en la vida de los campos de refugiados.
El JRS usa el ejemplo de un grupo de mujeres que viven en el campo de Lainé al sur de Guinea: "Cansadas de la corrupción existente en el campo, un grupo de mujeres decididas a afrontar la situación, desafiando la dirigencia del campo, se presentaron con un programa anticorrupción. Una refugiada, Nancy Washington, ha sido elegida presidenta de la comunidad" cuenta Sor Maria Irizar, Directora del JRS en Guinea. De 27 elegidos 16 son mujeres.
Pero lo que ha ocurrido en el campo de Guinea es la excepción, no la regla. Las mujeres deben hacer frente a continuas discriminaciones: ninguna posibilidad de instruirse o trabajar, privación del derecho a la propiedad. Las mujeres refugiadas, obligadas a dejar su propio entorno de vida, no pueden recurrir a la ayuda que ofrece la familia ampliada.
El JRS ha iniciado numeroso programas para la afirmación de los derechos de las mujeres. En Uganda, por ejemplo, la organización promovida por los Jesuitas ha activado un proyecto para incrementar la participación escolar de las chicas.
El JRS trabaja en 50 Países en los 6 continentes. La organización tiene un equipo de mil personas entre laicos, jesuitas y otros religiosos y religiosas para satisfacer las necesidades educativas, sociales y sanitarias de más de 450.000 refugiados y evacuados, de los que más que la mitad son mujeres. (L.M) (Agencia Fides 8/3/2006, Líneas: 28 Palabras: 361)


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