AFRICA - Historias de "mujeres con África” que viven, esperan, luchan y trabajan cada día al lado de los más necesitados

martes, 7 marzo 2006

Roma (Agencia Fides) - Con ocasión del Día de la mujer, la organización Médicos con África Cuamm ha querido recoger los testimonios de algunos de las 41 operadoras, doctoras, enfermeras, fisioterapistas, ayudantes Cuamm actualmente en servicio en Angola, Etiopía, Kenia, Mozambique, Tanzania, Uganda y Rwanda. Profesionales que han abandonado la perspectiva de un empleo fácil en Italia para poner sus competencias al servicio de los más pobres de África. Jóvenes especializadas que sienten fuerte la exigencia de un mundo más justo, en el que el derecho a la salud no sea sólo un privilegio de unos pocos.
La primera es Maura Lucchini, especializada en pediatría en Matany, Uganda, que propone aprender de África. “Fui para allá con los miedos y las esperanzas de un joven médico ante su primera experiencia africana y ahora vuelvo con las alegrías y las dificultades encontradas, afrontadas , experimentadas, que ya forman parte de mi vida. No he venido aquí con la idea de cambiar las cosas y de salvar el mundo, sino que he venido para cambiar una cosa y salvar a una persona: a mi misma. Yo he cambiado como, sólo quien ha estado aquí, puede realmente entender. Para muchos parecerá excepcional lo que estoy haciendo en África, para mí es extraordinario lo que África está haciendo en mí. Me está pidiendo mucho, pero me está dando mucho más. Y cada día aprendo algo nuevo sobre esta tierra, sobre estas personas, pero sobre todo, sobre mí misma”.
El testimonio de Bárbara Secco, médico internista que trabajan en Wolisso, Etiopía, habla del abismo de injusticia entre la arrogancia toda occidental de considerar cada uno de nuestros deseos como un "sacrosanto" derecho al que no podemos renunciar por nada del mundo y la resignada condescendencia con que viven las personas en Etiopía quienes aceptan el aspecto trágico de su vida. Hay que eliminar ese pedestal en el que nos hemos siempre subido para mirar mejor, pero con una distancia de seguridad, y considerarnos todos seres humanos iguales, con los mismos derechos.
Donata Galones, médico que trabaja en Beira, Mozambique, cuenta que cuando llegó a África, el impacto fue muy duro, no tanto por las condiciones concretas de vida o por las situaciones de pobreza y retraso extremo, cuánto por la dificultad inicial de encontrar un sentido a su presencia ante una situación sanitaria dónde parecía que no podía hacer nada. (AP) (7/3/2006 Agencia Fides; Líneas: 30 Palabras: 415)


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