ÁFRICA/BENÍN - La Navidad es la noche de la alegría y de la liberación de la esclavitud: los misioneros exhortan a los fieles a construir el belén interior

viernes, 22 diciembre 2023

SMA

Calavi (Agencia Fides) - "En lugar de trabajar solo en la preparación del belén físico, insistimos en la construcción del belén interior, el belén de nuestros corazones". Es lo que escribe el párroco de la parroquia del Buen Pastor de Cotonou, el padre Hubert Kèdowidé, con motivo de las celebraciones de Navidad, celebraciones que en Benin suscitan un profundo entusiasmo entre los cristianos, pero también entre muchos no cristianos. "Además de las tardes de retiro parroquial", informa el sacerdote, "los sacerdotes están disponibles todos los días para las confesiones después de las misas matutinas.

"Casi en todas partes, al acercarse la fiesta, se oyen poemas, canciones y cuentos de Navidad", añade el padre Giovanni Benetti, misionero en Calavi, no lejos de la capital. El P. Giovanni lleva casi tres años en el Centro Brésillac de la Sociedad para las Misiones Africanas para la formación de seminaristas. "Varias familias plantan dos estacas delante de sus puertas y cuelgan una papaya en la que se coloca una vela", explica. En Godomey, cerca de Calavi, todas las tardes de diciembre, grupos de niños, conocidos como Kaléta, se ponen una máscara y van de casa en casa ofreciendo su espectáculo. Equipados con pequeños belenes fabricados por ellos mismos, desfilan e interpretan a coro canciones populares que anuncian la inminencia de la Navidad. Bailan con garbo, en un ambiente de convivencia. Para ellos, una tinaja se convierte rápidamente en un "tam-tam".

La tradición kaléta se importó originalmente de Brasil. Es el legado del regreso de antiguos esclavos de Brasil a Benín hacia 1830. La kaléta es una de las cinco categorías de máscaras que se encuentran en la costa del Golfo de Guinea, pero, en comparación con las otras cuatro, carece de culto. Por eso se la denomina "cosa de niños".

El misionero de la SMA describe cómo la Navidad en Benín es también la fiesta de los niños. "Es a los niños a quienes se ofrecen regalos. En el centro de Brésillac se organiza una gran fiesta para todos los niños del barrio. Los días pasan volando y, tras mucha expectación, llega la noche de la Natividad. La misa de medianoche atrae a multitudes; está bien preparada y es un momento de fe entusiasta que puede durar tres horas o más. El cansancio y el sueño no se sienten: es la noche de la alegría y de la liberación de toda esclavitud; es la noche del nacimiento de Jesús, el libertador, el salvador, el redentor”.

"Después de la misa, todo el mundo es solidario: las puertas de las casas se abren de par en par y todos son bienvenidos para beber y comer. Nadie se queda solo. Nadie se sorprende al ver llegar a un sin techo. Este entrará en la casa, se sentará y comerá como los demás", concluye el P. Benetti.

Benín es una Iglesia joven en la que sólo hace poco más de 160 años que los primeros misioneros llegaron a la Costa de los Esclavos -como se llamaba entonces el sur del país- con el primer proyecto real de la Iglesia católica de establecer una presencia estable de misioneros en aquellas tierras (véase Agencia Fides 14/4/2021).
(AP) (Agencia Fides 22/12/2023)


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