ASIA/TAILANDIA - El dramático limbo de los refugiados birmanos

viernes, 14 julio 2023 refugiados  

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Bangkok (Agencia Fides) - Más de 90.000 refugiados birmanos viven en nueve campos de refugiados organizados por el gobierno tailandés a lo largo de la frontera entre Tailandia y Myanmar y, según datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), el número sigue creciendo debido al conflicto civil en curso en Myanmar. Tailandia no forma parte de la Convención sobre el Estatuto de Refugiados de 1951 y no tiene un marco legal nacional específico para la protección de refugiados urbanos y solicitantes de asilo. Muchos refugiados birmanos están atrapados en Tailandia en un limbo legal y social, mientras que el gobierno no les otorga permiso para trasladarse a terceros países. Según las ONG que asisten a refugiados, a unas 1.100 personas que han recibido la aprobación de ACNUR para reasentarse en Estados Unidos y otros países, tampoco se les ha permitido salir de Tailandia.

Aquellos a quienes el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados en Tailandia les ha otorgado el estatus de “refugiado” están recibiendo asistencia de la Organización Internacional para las Migraciones a la espera de poder salir del país. Pero ni ellos, ni todos los demás que aún no tienen un estatus oficial, pueden moverse de los campamentos, cerrados con vallas y vigilancia. Residen dentro en condiciones muy difíciles, sin ingresos, sin permiso para trabajar en Tailandia y sin atención médica ni acceso a la educación. La zona afectada es la de Mae Tao Phae, en el distrito tailandés de Mae Sot, en la frontera con Myanmar. La oficina de ACNUR en Tailandia ha confirmado que solo el gobierno tailandés tiene la autoridad exclusiva para decidir quién es elegible para la salida internacional y que tiene la responsabilidad de la gestión de los campos de refugiados.

La ONG 'Border Consortium', que proporciona comida, ropa y apoyo a unos 87.000 refugiados birmanos en nueve campamentos, calcula que más de 20.000 personas han huido de Myanmar a Tailandia por miedo a la persecución política tras el golpe de Estado de 2021 y que cerca de la mitad de ellos han contactado con ACNUR. Entre las organizaciones humanitarias que participan en el lugar, Cáritas Tailandia brinda ayuda de emergencia a los refugiados birmanos en el distrito de Mae Sariang. Cáritas ha informado de la presencia de niños enfermos que “necesitan atención hospitalaria” en los campos de refugiados. La diócesis tailandesa de Chiang Mai ha entregado, a través de Cáritas, 3,2 toneladas de arroz, dos mil latas de conservas de pescado y 400 kilos de pescado seco a varios campos de refugiados. Cáritas también apoya actualmente a más de 5.000 refugiados que se alojan en parroquias cerca de la frontera entre Tailandia y Myanmar.

La Iglesia católica tailandesa ha pedido a las instituciones políticas que se hagan cargo de la situación. Monseñor Francis Xavier Vira Arpondratana, obispo de Chiang Mai, ha pedido encontrar soluciones para los refugiados y “hacerlos sentir incluidos y acogidos”: “Todos somos conscientes de la difícil situación de nuestros vecinos, hermanos y hermanas que llaman a nuestra puerta buscando refugio”. Análogo llamamiento hace el “Karen Peace Support Network” y otros grupos de la sociedad civil que instan a “responder a las necesidades de los refugiados, defender sus derechos humanos y garantizar su seguridad”, mientras estén confinados detrás de vallas en una situación que se degrada por momentos.

El 28 de junio, los parlamentarios de la ASEAN (la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, de la que son miembros tanto Tailandia como Myanmar) instaron al nuevo gobierno tailandés a atender el llamamiento de la sociedad civil “para que se puedan reformar las políticas sobre refugiados y ser más compasivos”.
(PA) (Agencia Fides 14/7/2023)

Caritas Thailand


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