ASIA/JAPÓN - La paz es responsabilidad de todos

jueves, 11 agosto 2022 derechos humanos   oración   paz   guerras  

Tokio (Agencia Fides) - “Este es un año en el que la paz ha sido violentamente pisoteada. Se ha dejado de lado la dignidad de la vida y su protección. Este año, tenemos frente a nosotros una nueva crisis por la que tendremos que rezar en estos diez días de oración por la paz”. Lo explica monseñor Isao Kikuchi, arzobispo de Tokio y Presidente de la Conferencia Episcopal de Japón en el Mensaje titulado “Diez días de oración por la paz” que la Iglesia japonesa celebra del 6 al 15 de agosto para conmemorar las dos explosiones nucleares en Hiroshima y Nagasaki (6 y 9 de agosto de 1945). Invocan además la protección de la Santísima Virgen Mariana, en la fiesta de la Asunción de la Virgen, el 15 de agosto.

El prelado recuerda que el Papa Francisco subrayó la importancia de la solidaridad en la protección de la vida y en el afrontar unidos las crisis. Al recordar los conflictos que asolan el planeta, el arzobispo indica que le preocupa que a la crisis postpandemia se le sume la guerra. Refiriéndose al conflicto en Ucrania, monseñor Kikuchi condena “la violencia de una gran potencia que ha pisoteado los crecientes esfuerzos de la comunidad internacional en la búsqueda de la paz” y “los deseos de tantas personas que quieren proteger la vida y buscan la paz”. “Durante la pandemia hemos aprendido por experiencia que apoyarnos y cuidar la vida de los demás es la mejor manera de proteger la vida. La paz no es simplemente la ausencia de conflicto, sino que es una situación en la que se eliminan los diversos factores de la sociedad, potencialmente generadores de conflictos y se vive la vida apoyándose mutuamente”, observa.

“Ahora el mundo está conmocionado por la sensación de que la paz se puede conseguir a través de la violencia. Pero esto solo pisotea la verdadera paz”, señala el texto del mensaje que cita el mensaje de Pascua, la bendición “Urbi et Orbi”, pronunciada por el Papa Francisco el 17 de abril cuando el Pontífice invocaba: “¡Por favor, por favor, no nos acostumbremos a la guerra! ¡Comprometámonos todos a implorar la paz, desde nuestros balcones y en nuestras calles! ¡Paz! Que los líderes de las naciones escuchen la petición de paz de los pueblos”.
Reiterando con dolor que la guerra provoca una profunda crisis en la vida de miles de personas, obligadas a abandonar sus hogares y huir y enfrentarse a los peligros, el Presidente de los obispos japoneses señala: “El don de Dios de la vida debe ser preservado de principio a fin. Los que vivimos en esta casa común estamos llamados a promover la eco-justicia, es decir, a defender la vida humana desde la concepción hasta la muerte, así como todas las formas de vida en la Tierra”.

“En nuestros Diez días de oración por la paz, - concluye el texto dirigido a los fieles japoneses -, se nos da tiempo para reflexionar y actuar por la paz. Toda guerra trae consigo consecuencias que afectan a toda la familia humana: desde el dolor y el luto hasta el drama de los refugiados, pasando por las crisis económicas y alimentarias. ¡Dejémonos conquistar por la paz de Cristo! La paz es posible, la paz es un deber, la paz es responsabilidad primordial de todos”.
(SD-PA) (Agencia Fides 11/08/2022)


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