ÁFRICA/CAMERUN - En las regiones anglófonas, el terror impide la ayuda humanitaria, la educación y la asistencia sanitaria: mujeres y niños son las víctimas

lunes, 20 junio 2022 derechos humanos   niños soldado   infancia   mujeres  

Bamenda (Agencia Fides) – “Nuestra intervención se resiente de muchas limitaciones objetivas. Lo primero y más importante es la situación de terror que reina en toda la zona. Yo mismo fui secuestrado, junto con otros tres agentes, por los Amba Boys (los grupos armados independentistas, ed.) cuando intentábamos llegar a las poblaciones aisladas de la selva y llevarles productos de primera necesidad. Nos detuvieron durante cinco días, tratándonos de forma bastante agresiva. Cuando finalmente se dieron cuenta de que no estábamos allí en nombre del gobierno, nos dejaron pasar. Una de nuestras furgonetas fue incendiada hace tiempo y nuestros trabajadores amenazados. Es difícil trabajar así”. Así lo cuenta a la Agencia Fides Banlav Eric Ngah, director asociado de Cáritas Bamenda, capital de las regiones anglófonas de Camerún, sumida desde 2017 en el horror de los enfrentamientos entre el ejército y los separatistas. La población civil de esta zona, muy rica y muy productiva, está atrapada en las garras del conflicto por el momento 'a baja intensidad' que ve por un lado a los 'Amba Boys', autores de asesinatos, secuestros, imposiciones muy duras a la población (como el cierre de escuelas, en algunas zonas al 80%); por otro lado el ejército que, si es golpeado en su personal o medios, responde incendiando pueblos enteros.
“Lo que aquí llamamos 'crisis' está transformando dramáticamente el rostro de nuestras regiones", dice a Fides el P. Boris Sife Lemfon, director provincial y diocesano de Cáritas. "Una de las cosas más negativas es el hecho de que tenemos muchas chicas jóvenes que, al no ir a la escuela, no tener ocupaciones, pronto se convierten en madres, víctimas de la violencia sexual o de la intimidación. Los militares y los Ambas abusan de ellas y el número de chicas-madres aumenta".
“Nuestros dos principales colaboradores son el WFP (World Food Program - Programa Mundial de Alimentos) y el CRS (Catholic Relief Service - Servicio Católico de Ayuda)", añade Shiyvimuvi Vevinyu Delphine, trabajadora psicosocial de Cáritas Bamenda. "Conseguimos llegar a 80.000 personas y ayudarlas con alimentos, material de primera necesidad y para combatir la desnutrición, un fenómeno reciente debido a la guerra, porque aquí nunca ha habido pobreza. Evidentemente, los bloqueos de carreteras y los secuestros están poniendo a prueba los suministros, especialmente en las zonas periféricas. Por desgracia, la ONG Médicos Sin Fronteras, que tenía dos presidios aquí con nosotros, ha sido expulsada y esto ha creado un vacío: muchas personas aisladas en los bosques y atrapadas en el conflicto se encuentran sin un punto de referencia sanitario y sin posibilidad de tratamiento".
Entre los resultados más atroces de la tensa situación en una región con 8 millones de habitantes está el fenómeno relacionado con la situación de los más jóvenes. Cada vez hay más niños soldados, niños esclavos sexuales o maltratados, obligados a trabajar a una tierna edad, secuestrados por los traficantes y vendidos.
“Hemos creado 27 centros de aprendizaje para sustituir a las escuelas cerradas por los separatistas", prosigue Banlav Eric Ngah, "en tres grandes espacios especialmente diseñados para los menores y con un total de 1.000 niños. Garantizamos el apoyo psicosocial, las clases en la escuela (pero no pueden enseñar historia o geografía porque los Amba no reconocen la reconstrucción oficial del gobierno y la partición, ed). Vamos allí dos veces por semana, pero con muchos riesgos. Sin embargo, para tener un mayor impacto, necesitaríamos más oportunidades para movernos y actuar y, sobre todo, más recursos. Los recursos son escasos, pedimos a todos que nos apoyen con donaciones porque nuestro trabajo es esencial mientras esperamos que se restablezca la paz”.
(LA) (Agencia Fides 20/6/2022)


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