Kiev (Agencia Fides) – “Estamos bien pero estamos en la precariedad y la incertidumbre. Nuestra ayuda viene del Señor y nuestra esperanza es su Providencia. Todas las noches las pasamos en el búnker subterráneo y nos animamos mutuamente especialmente a vivir estos terribles momentos inmersos en la oración. Ponemos nuestras vidas en manos de Dios Padre y Creador”. Así lo informa a la Agencia Fides el padre Pawel Vyshkovskyy, misionero de los Oblatos de María Inmaculada (OMI) en Kiev, en la iglesia de San Nicolás. La pequeña comunidad de tres misioneros OMI en la capital ucraniana, dice el P. Pawel, está preparando a toda la comunidad de fieles a la Jornada de Ayuno y Oración por la Paz convocada por el Papa Francisco para mañana, 2 de marzo, Miércoles de Ceniza y comienzo de la Cuaresma.
“Expresamos nuestra profunda gratitud al Papa -dice el misionero- por su atención y preocupación pastoral, lo sentimos muy cerca en estos terribles momentos. Es un gran consuelo para nosotros sentir la solidaridad y el amor fraterno del Papa, de los bautizados de todo el mundo. Mañana estaremos unidos en la gran oración universal por la paz y sentimos que toda la Iglesia se abraza a nuestro alrededor. Esto nos reconforta y nos da esperanza”.
Los misioneros oblatos, que se refugian en la cripta de la iglesia, dedican su tiempo a la contemplación y a la acción caritativa: “Nos dedicamos constantemente a la adoración eucarística y también intentamos ayudar a los más necesitados. Estamos con Jesús y con la gente. Nos quedaremos aquí, no nos iremos de Ucrania”, ha anunciado el padre Vyshkovskyy, informando de que los oblatos continuarán su labor pastoral en la nación, independientemente de cómo se desarrollen los acontecimientos. La treintena de misioneros oblatos en Ucrania residen en 10 casas, en diferentes ciudades del país, y llevan a cabo una próspera labor pastoral, de evangelización y de apostolado social.
El misionero informa de que “entre nuestros fieles hay mucho miedo e incertidumbre, por lo que muchos están abandonando la ciudad para trasladarse temporalmente al oeste del país o incluso al extranjero”. “Muchas iglesias católicas de Kiev se convierten por la noche en centros de acogida para familias y personas asustadas. La gente está conmocionada, desorientada y asustada. Ofrecemos consuelo espiritual y material, viviendo al lado de las personas en este momento dramático, en el abandono a la voluntad de Dios y en la oración incesante”.
(PA) (Agencia Fides 1/3/2022)