AFRICA/KENYA - "La Iglesia católica es la institución que más trabaja en la asistencia a la población amenazada por la sequía"

jueves, 12 enero 2006

Nairobi (Agencia Fides) - "La Iglesia católica es probablemente la institución que más trabaja en la asistencia a la población amenazada por la sequía que ha golpeado a muchas zonas del País" dice el P. Eugenio Ferrari, Misionero de la Consolación y Director de las Obras Misionales Pontificias de Kenia. "También en mi parroquia, como en todas las otras del País, estamos recogiendo ayudas para enviar a loas zonas afectadas por la carestía" afirma el misionero.
Según los últimos datos, 2 millones y medio de kenianos, casi el 10% de la población, está en peligro de hambre a causa de la sequía. Las regiones más afectadas son las del este y, sobre todo, las del Noreste, en la frontera con Somalia, Etiopía y Sudán, que ya deben hacer frente a graves problemas alimenticios. "Las áreas principalmente afectadas por la carestía son las más áridas del País" dice el P. Ferrari. "Hay ancianos que recuerdan la sequía de tiempos ya lejanos, y dicen que no hay nada nuevo. Pero muchos preguntan por qué no se ha hecho nada. En esas zonas no llovía desde hacia 2-3 años. Se podía haber afrontado la emergencia con tiempo”.
"Pero por desgracia, en los últimos meses, la sequía también ha golpeado zonas como las de los alrededores de la capital, Nairobi y Malindi, la conocida localidad turística, dónde se han registrado casos de personas muertas de hambre" recuerda el misionero.
"El gobierno ha decretado el Estado de emergencia y está recogiendo cereales que enviar a las poblaciones en dificultad. Pero continua el problema del agua que sigue faltando y que ha diezmado el ganado. Los ganaderos están desalentados, uno de ellos ha perdido 200-300 cabezas de ganado" dice el p. Ferrari. "A estos daños se suman los causados indirectamente por la sequía: desde las enfermedades que afectan sobre todo a los más débiles, mujeres y niños, hasta los chicos que no pueden ir al colegio porque sus padres no tienen dinero para pagar el impuesto. En Kenia en efecto sólo las escuelas elementales son gratuitas."
"El hecho paradójico es que en las regiones más fértiles se han tenido cosechas muy abundantes, incluso superiores a las del año pasado. Se trata ahora de trasladar estas vituallas a las zonas con problemas" afirma el religioso.
Los campesinos del oeste de Kenia, dónde las cosechas han sido normales, debe, sin embargo, hacer frente a la intimación gubernativa de vender el trigo al Estado, porque el gobierno no paga de forma inmediata, sino que concede letras de cambio en las que los labradores creen más bien poco. Eso mientras que ejecutivos y también agencias internacionales pagan de forma inmediata en contado por las cosechas.
"Estas dificultades evidencian la necesidad de crear un plan a largo plazo para una mejora en la distribución de los recursos hídricos del País" comenta el misionero. "Pasada la emergencia, habría que solucionar el problema desde una perspectiva de largo término, para solucionar a nivel estructural la crónica penuria de agua de estas regiones. También en las zonas más áridas existe agua en el subsuelo. Hace hay que cavar pozos para extraerla y distribuirla. Además hay que ayudar a los ganaderos a rehacer sus rebaños. Sólo así se podrán repoblar las áreas donde la gente ha huido en masa a causa de la sequía y corren el peligro de perder su propia cultura e identidad si continúan viviendo en campos provisionales o en chabolas" concluye el misionero. (L.M) (Agencia Fides 12/1/2006 Líneas: 41 Palabras: 593)


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