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Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "Hoy es preciso anunciar con renovado entusiasmo que el evangelio de la familia es un camino de realización humana y espiritual, con la certeza de que el Señor está siempre presente con su gracia. Este anuncio a menudo es desfigurado por falsas concepciones del matrimonio y de la familia que no respetan el proyecto originario de Dios. En este sentido, se han llegado a proponer nuevas formas de matrimonio, algunas de ellas desconocidas en las culturas de los pueblos, en las que se altera su naturaleza específica". Es cuánto ha reafirmado el Santo Padre Benedicto XVI al recibir en audiencia, el sábado 3 de diciembre, a los participantes en el III Encuentro de Presidentes de las Comisiones Episcopales para la Familia y la Vida de América Latina, promovido por el Consejo Pontificio para la Familia.
"También en el ámbito de la vida están surgiendo nuevos planteamientos que ponen en tela de juicio este derecho fundamental. - continuó el Papa -. Como consecuencia, se facilita la eliminación del embrión o su uso arbitrario en aras del progreso de la ciencia que, al no reconocer sus propios límites y no aceptar todos los principios morales que permiten salvaguardar la dignidad de la persona, se convierte en una amenaza para el ser humano mismo, quedando reducido a un objeto o a un mero instrumento. Cuando se llega a estos niveles se resiente la misma sociedad y se estremecen sus fundamentos con toda clase de riesgos".
En su discurso el Pontífice dio las gracias de modo particular a los Obispos por su solicitud pastoral "en el intento por salvaguardar los valores fundamentales del matrimonio y de la familia, amenazados por el fenómeno actual de la secularización que impide a la conciencia social llegar a descubrir adecuadamente la identidad y misión de la institución familiar, y últimamente por la presión de leyes injustas que desconocen los derechos fundamentales de la misma". Además el Papa Benedicto XVI ha recordado el deber de los Pastores de "presentar en toda su riqueza el valor extraordinario del matrimonio que, en cuanto institución natural, es 'patrimonio de la humanidad' ".
El Santo Padre también ha subrayado con complacencia el crecimiento y consolidación de la labor de las Iglesias particulares en favor de la familia, "que hunde sus raíces en el designio amoroso de Dios y representa el modelo insustituible para el bien común de la humanidad". Además ha reafirmado que en América Latina, y en todas partes, "los hijos tienen el derecho de nacer y crecer en el seno de una familia fundada sobre el matrimonio, donde los padres sean los primeros educadores de la fe de sus hijos, y éstos puedan alcanzar su plena madurez humana y espiritual. Verdaderamente, los hijos son la mayor riqueza y el bien más preciado de la familia". Es necesario, por lo tanto, ayudar a todas las personas "a tomar conciencia del mal intrínseco del crimen del aborto que, al atentar contra la vida humana en su inicio, es también una agresión contra la sociedad misma. De ahí que los políticos y legisladores, como servidores del bien social, tienen el deber de defender el derecho fundamental a la vida, fruto del amor de Dios". Para alcanzar este objetivo es necesario que los agentes de pastoral, sacerdotes y laicos, tengan una sólida preparación en este campo.
Al término de su discurso, el Santo Padre ha recordado el ya próximo V Encuentro Mundial de las Familias que se tendrá en Valencia, España, y ha animado a cuánto se ocupan "de la difícil tarea de su preparación", deseando la presencia de numerosas delegaciones de América Latina. "Por mi parte - concluye Benedicto XVI -, apoyo decididamente la celebración de este Encuentro y lo pongo bajo la amorosa protección de la Sagrada Familia". (S.L) (Agencia Fides 5/12/2005, Líneas: 46 palabras: 689)
