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Luanda (Agencia Fides) - Más de 520 megavatios de electricidad para el desarrollo de uno de los Países actualmente más pobres, pero potencialmente rico, de África. Ha sido promovido por la nueva central hidroeléctrica de Capanda, en el centro-septentrional de Angola, en curso de construcción a lo largo del río Cuanza.
Se trata de un imponente proyecto que será realizado en varias fases. Una primera turbina comenzó a producir energía eléctrica en enero del 2004, seguido un año después por la entrada en función de una segunda. Actualmente la instalación produce 260 megavatios de electricidad que van a alimentar la red eléctrica de Luanda, la capital angoleña, y de la ciudad de Malange.
El complejo de Capanda fue inaugurado solemnemente con ocasión de los 30 años de la independencia de Angola, aunque la obra será completada en el segundo semestre del 2007. Cuando estén operativas las cuatro las turbinas previstas en el proyecto, el complejo producirá 520 megavatios de electricidad que serán distribuidos por el Norte del País. Pero será toda la Angola quien se beneficiará de la energía así producida porque los recursos actualmente empleados para alimentar el Norte serán dirigidos al centro-sur.
La tramitación para la construcción del complejo hidroeléctrico de Capanda comenzó en septiembre de 1982, cuando un consorcio de empresas rusas y brasileñas vencieron el concurso convocado por el gobierno angoleño. En febrero de 1987 comenzó la fase de apertura de las carreteras de acceso al lugar elegido para la edificación de la central, con la construcción de una pista de aviación, de un hospital, de alojamientos para los obreros, y de otras infraestructuras logísticas.
Los trabajos se pararon en noviembre de 1992 a causa de la guerra civil que determinó un fuerte empeoramiento de las condiciones de seguridad en la región. El alto a los trabajos duró cinco años durante los cuales se abandonó la obra y todas las infraestructuras y equipos fueron completamente destrozados.
Los trabajos fueron retomados en julio de 1997, pero en enero de 1999 fueron de nuevo suspendidos por un año. Esta vez, en cambio, un grupo de obreros, protegidos por un departamento militar, permaneció para vigilar la obra. Por fin los trabajos se retomaron en enero del 2000 y el 22 de agosto del 2002 comenzó la fase de llenado de la presa del dique. La obra, financiada con la contribución de Rusia y Brasil, tiene un coste de 2,6 mil millones de dólares. (L.M) (Agencia Fides 10/11/2005 Líneas: 32 Palabras. 425)
