VATICANO - "Ser santo significa realizar plenamente lo que ya somos en cuanto elevados, en Cristo Jesús, a la dignidad de los hijos adoptivos de Dios " recuerda el Santo Padre Benedicto XVI en el Angelus de la Solemnidad de Todos los Santos

jueves, 3 noviembre 2005

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - La solemnidad de Todos los Santos “nos permite experimentar la alegría de formar parte de la gran familia de los amigos de Dios" ha dicho el Papa Benedicto XVI antes del rezo del ángelus, al mediodía de martes 1° de noviembre, solemnidad de Todos los Santos. A los numerosos peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro, el Santo Padre ha recordado que "ser santo significa realizar plenamente lo que ya somos en cuanto elevados, en Cristo Jesús, a la dignidad de hijos adoptivos de Dios… Quien cree en Cristo Hijo de Dios renace ‘de lo alto’, vuelve a ser como engendrado por obra del Espíritu Santo (Cf. Juan 3, 1-8). Este misterio se actúa en el sacramento del Bautismo, mediante el cual la madre Iglesia da a luz a los ‘santos’.
A la fiesta de Todos los Santos, sigue el día después de la Conmemoración de los fieles difuntos. "La nueva vida, recibida en el Bautismo, no está sometida a la corrupción ni al poder de la muerte. Para quien vive en Cristo, la muerte es el paso de la peregrinación terrena a la patria del Cielo, donde el Padre acoge a todos sus hijos" ha recordado el Papa, subrayando los profundos vínculos espirituales que unen a los fieles difuntos con quienes peregrinan en el mundo. "Una unión misteriosa pero real, alimentado por la oración y la participación en el sacramento de la Eucaristía. En el Cuerpo místico de Cristo, las almas de los fieles se encuentran superando la barrera de la muerte, rezan las unas por las otras, realizan en la caridad un íntimo intercambio de dones".
Por último, el Papa Benedicto XVI ha anunciado que, uniéndose espiritualmente a cuántos en estos días van a los cementerios para rezar por sus difuntos, el miércoles 2 de noviembre se recogería en oración en las Grutas Vaticanas ante las tumbas de los Papas, que coronan al sepulcro del apóstol Pedro, con un recuerdo especial para el querido Juan Pablo II. "Queridos amigos - ha concluido el Santo Padre - la tradicional visita de estos días a las tumbas de nuestros difuntos sea una oportunidad para pensar sin temor en el misterio de la muerte y cultivar esa incesante vigilancia que nos prepara para afrontarlo con serenidad". (S.L) (Agencia Fides 3/11/2005; Líneas: 28 Palabras: 424)


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