VATICANO - "La Iglesia no vive para sí misma sino para el Evangelio y del Evangelio siempre saca nuevas orientaciones para su camino… sólo quién se pone ante todo en escucha de la Palabra puede convertirse su anunciador": el Papa a los participantes en el Congreso Internacional "La Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia"

sábado, 17 septiembre 2005

Castel Gandolfo (Agencia Fides) - "Agradezco de corazón a todos los que trabajan al servicio de la traducción y difusión de la Biblia, proveyendo los medios para explicar, enseñar e interpretar su mensaje. En este sentido, un agradecimiento especial va a la Federación Bíblica Católica por su actividad, por la pastoral bíblica que promueve, por la adhesión fiel a las indicaciones del Magisterio y por el espíritu abierto a la colaboración ecuménica en el campo bíblico." Con estas palabras el Santo Padre Benedicto XVI se ha dirigido a los participantes en el Congreso Internacional "La Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia" que se está desarrollando en Roma, recibidos en audiencia a última hora de la mañana del viernes 16 de septiembre en el Palacio apostólico de Castel Gandolfo. El Congreso ha sido promovido por la Federación Bíblica Católica y el Pontificio Consejo para la promoción de la unidad de los cristianos, para conmemorar el 40° aniversario de la promulgación de la Constitución dogmática sobre la Divina Revelación "Dei Verbum" del Concilio Vaticano II.
Después de haber expresado su complacencia por la presencia en el Congreso de los "Delegados Fraternos" de las Iglesias y Comunidades eclesiales de oriente y occidente y de los representantes de las grandes Religiones del mundo, el Santo Padre ha recordado la propia contribución en la elaboración de la Constitución dogmática "Dei Verbum", cuando, "como joven teólogo" tomó parte "en las vivas discusiones que lo acompañaron". Desde las primeras frases de la Constitución, el Concilio quiso indicar claramente un aspecto calificativo de la Iglesia: "ella es una comunidad que escucha y anuncia la Palabra de Dios. La Iglesia no vive para sí misma sino para el Evangelio y del Evangelio siempre saca nuevas orientaciones para su camino … sólo quién se pone ante todo en escucha de la Palabra puede convertirse su anunciador".
El Santo Padre ha continuado: "Iglesia y Palabra de Dios están entre ellas indisolublemente ligados. La Iglesia vive de la Palabra de Dios y la Palabra de Dios resuena en la Iglesia, en su enseñanza y en toda su vida." Gracias al impulso dado por la Constitución conciliar, en los últimos tiempos ha sido "intensamente revaluada la importancia fundamental de la Palabra de Dios" y por consiguiente se ha encaminado una renovación en la vida de la Iglesia, "sobre todo en la predicación, en la catequesis, en la teología, en la espiritualidad y en el mismo camino ecuménico. La Iglesia debe siempre renovarse y rejuvenecer y la Palabra de Dios, que no envejece nunca ni nunca se agota, es un medio privilegiado para tal objetivo". Por último, Benedicto XVI ha recomendado la antigua tradición de la Lectio divina: la asidua lectura de la Sagrada Escritura acompañada por la oración. "Esta regla, si se promueve eficazmente, traerá a la Iglesia - estoy convencido de ello - una nueva primavera espiritual. Como punto firme de la pastoral bíblica, la Lectio divina debe ser por ello, ulteriormente animada, a través del empleo de nuevos métodos, cuidadosamente ponderados, al paso con los tiempos." (S.L) (Agencia Fides 17/9/2005, Líneas: 39 Palabras. 563)


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