AFRICA/ZIMBABWE - Las dramáticas consecuencias de la operación “Restaurar el Orden” en el informe de la Comisión “Justicia y Paz” de los Jesuitas de Zimbabwe presentado a los representantes de la ONU y de la Unión Africana.

miércoles, 6 julio 2005

Harare (Agencia Fides) - “Centenares de miles de personas han sido privadas de un techo. Los niños desalojados no pueden recibir educación. La vida y la seguridad de los desalojados están en peligro”. Inicia así el documento elaborado por la Comisión “Justicia y Paz” de los Jesuitas de Zimbabwe sobre las consecuencias de la operación “Murambatsvina” “Restaurar el Orden” (ver Fides 21 junio 2005) actuada en mayo por las fuerzas del orden en las chavolas de las principales ciudades del país africano.
El informe ha sido presentado el 4 de julio a la enviada del Secretario General de las Naciones Unidas, la Señora Anna Kajumulo Tibaijuka, durante sui visita a Zimbabwe y ha sido enviado al embajador Bahame Tom Nyanduga, de la Comisión para los Derechos Humanos de la Unión Africana.
“La población tienen derecho al trabajo; pero se le ha quitado. Verse obligados a una inactividad forzada y a la indigencia es degradante, humillante y deshumanizador” prosigue el documento, que subraya además cómo la economía del país haya sido gravemente comprometida por la operación de policía que ha destruido la economía informal constituida por los vendedores ambulantes. “Una parte consistente de las casas urbanas ha sido destruida en un país que sufre ya de una grave carencia de alojamientos. La economía formal también ha sido destruida por la corrupción, por los gastos gubernamentales fuera de control y por el fracaso de la reforma agraria. “Ahora hasta la economía formal ha sido destruida”, escriben los autores del informe.
Los más afectados por la operación “Murambatsvina” son las personas más débiles: “Mujeres embarazadas, madres con niños pequeños, personas enfermas de SIDA y ancianos se encuentran entre aquellas que se ven obligados a dormir a la intemperie con las temperaturas rígidas del invierno austral.
Todo ello ha destrozado “un tejido social bien constituido. Las familias han sido desmembradas”, se afirma en el documento. Los que han perdido la casa se ven obligados a dirigirse al campo, “pero no todos tienen vínculos familiares en las zonas rurales” subraya el informe. “Muchos son extranjeros o hijos de extranjeros (de Malawi, Mozambique, etc.). Las personas que han nacido en la ciudad han perdido los contactos con el país rural de sus padres”. La operación, pues, agravará la dramática situación del campo, donde la gente se muere ya de hambre.
¿Porqué los políticos han decidido esta acción?, se preguntan los autores del informe. “La opinión común es que el partido en el poder se esté vengando de los electores urbanos por haber votado la oposición en los últimos años.”.
La causa última de esta operación es, sin embargo, “la actual constitución, que concede al Presidente poderes ilimitados e incontrolables. No existe separación de poderes porque el ejecutivo domina la magistratura y las cortes están subordinadas al gobierno de manera tal que la gente que quienes ha sufrido graves injusticias no pueden dirigirse a tribunales verdaderamente independientes. Zimbabwe necesita una nueva forma de gobierno y una nueva Constitución si se quieren evitar desastres parecidos en el futuro”, concluye diciendo el informe. (L.M.) (Agencia Fides 06/07/05)


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