VATICANO - El Papa a los nuevos Embajadores de Azerbaiyán, Guinea, Malta, Nueva Zelanda, Rwanda, Suiza y Zimbabwe: "Debemos afrontar el desafío más importante: el de la solidaridad entre las generaciones, la solidaridad entre países y continentes, para una repartición más ecuánime de las riquezas del planeta entre todos los hombres"

viernes, 17 junio 2005

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "A través vuestra deseo saludar fraternalmente a todos los pueblos a los que representáis, y deseo formularles mis votos más cordiales y fervientes, manifestando a los hombres y mujeres de todos vuestros Países que estoy cerca de ellos y rezo por ellos." Con estas palabras se ha dirigido Benedicto XVI a siete nuevos Embajadores, a los que recibió en audiencia en la mañana de jueves 16 de junio, con ocasión de la presentación de las Cartas Credenciales. Se trata de los representantes de Azerbaiyán, Guinea, Malta, Nueva Zelanda, Rwanda, Suiza y Zimbabwe. Después de haber intercambiado con cada representante los textos de los discursos que tradicionalmente son pronunciados durante la audiencia, el Papa se ha dirigido a los Embajadores, a sus colaboradores y a sus familiares, invitando a los pueblos a los que representan "a trabajar para crear una humanidad cada vez más fraterna, en una atención renovada a todos, en particular a las personas que son más pobres y más excluidas de la sociedad."
"En este sentido - ha continuado Benedicto XVI - nuestro mundo debe hacer frente a numerosos desafíos que tiene que superar para que el hombre prevalezca siempre sobre la técnica y la justa realización de los pueblos constituya la preocupación principal de cuantos han aceptado administrar los asuntos públicos, no por ellos mismos, sino con vista al bien común. Nuestro corazón no puede permanecer en paz mientras haya hermanos que sufren, por falta de comida, de trabajo, de un techo o de otros bienes fundamentales."
Para responder concretamente al llamamiento de tantos hermanos, el Papa ha subrayado que el primer desafío que se debe afrontar es "el de la solidaridad entre generaciones, la solidaridad entre Países y continentes, para una repartición cada vez más ecuánime de las riquezas del planeta entre todos los hombres. Es uno de los servicios fundamentales que los hombres de buena voluntad deben hacer a la humanidad. La tierra tiene efectivamente la capacidad de nutrir a todos sus habitantes, a condición de que los Países ricos no se guarden para sí mismos lo que pertenece a todos"
Por último, el Santo Padre ha reafirmando que "la Iglesia no dejará de recordar que todos los hombres deben estar atentos a una fraternidad humana hecha de gestos concretos, a nivel de individuos como incluso a nivel de Gobiernos e Instituciones Internacionales". Además ha asegurado que "la Iglesia seguirá en todos los continentes ayudando a las poblaciones, con el apoyo de sus comunidades locales y de todos los hombres de buena voluntad, en particular en los ámbitos de la educación, de la salud y de los bienes fundamentales". (S.L) (Agencia Fides 17/6/2005, Líneas: 35 Palabras: 491)


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