EUROPA/AUSTRIA - El Director nacional de las Obras Misionales Pontificias en Austria recuerda el particular “calor humano” de Juan Pablo II y su profundidad, incluso en encuentros brevísimos

miércoles, 6 abril 2005

Viena (Agencia Fides) - El Director nacional de las Obras Misionales Pontificias en Austria, P. Leo Maasburg, recuerda en un comunicado enviado a la Agencia Fides el particular “calor humano” de Juan Pablo II: “Pude acompañar a una niña gravemente enferma de cáncer a la Misa privada del Papa. Después de la Misa Juan Pablo II se entretuvo largo rato hablando con ella y le dijo: “tu sonrisa es para mí un signo de la presencia de Dios en ti”. Estas palabras acompañaron a la niña en el curso de su grave sufrimiento, y murió repititiendo las palabras que le había dicho el Santo Padre. También en otras ocaciones he podido siempre constatar hasta qué punto el Papa era capaz de establecer relaciones muy profundas incluso en encuentros brevísimos con las personas, diciendo siempre a cada uno alguna cosa esencial”. (MS) (Agencia Fides, 6/04/05, líneas: 14, palabras: 167)


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