AMERICA/REPUBLICA DOMINICANA - “Juan Pablo II, para nosotros un dominicano nacido en Polonia” afirma el P. Luis Rosario Peña, responsable de la pastoral juvenil de la Archidiócesis de Santo Domingo

martes, 5 abril 2005

Santo Domingo (Agencia Fides) - “Las noticias en torno a la enfermedad, agonía y fallecimiento de Juan Pablo II circularon en la República Dominicana como si se tratase de uno de sus hijos más queridos” refiere a Fides el P. Luis Rosario Peña, responsable de la pastoral juvenil de la Archidiócesis de Santo Domingo. Y es que “Juan Pablo II era considerado por este pequeño país de las Antillas Mayores como un dominicano nacido en Polonia”. Constata el P. Peña la amplia cobertura que los medios de comunicación han dado a los últimos momentos del Santo Padre y el intenso clima de oración creado. “La juventud -precisa el P. Peña- no quiso quedarse atrás y celebró una hermosa vigilia la noche del sábado 3 de abril, día de su deceso, culminando con una Eucaristía en la madrugada del domingo “in albis”, 3 de abril, que presidió Mons. Fabio Mamerto Rivas, Obispo Emérito de la Diócesis de Barahona”.
La tarde del domingo 3 de abril se tuvo una concelebración eucarística en la Catedral Primada de América presidida por Su Eminencia el Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez y los Obispos del país, con asistencia de las autoridades. Destacó el Sr. Cardenal en su homilía “los vínculos que ligaron al Papa Juan Pablo II con la República Dominicana” e invitó a la comunidad nacional a “elevar oraciones por el Santo Padre y por los Cardenales, para que el Señor les ilumine en el proceso de elección del sucesor de Juan Pablo II”. Y para el día del sepelio está contemplada “una concelebración en la Basílica de Nuestra Sra. de la Altagracia, en la ciudad de Higuey, presidida por el Presidente de la Conferencia del Episcopado Dominicano, Mons. Ramón de la Rosa y Carpio, Arzobispo de Santiago de los Caballeros, con participación de los Obispos y sacerdotes del país”.
“Juan Pablo II ha dejado en el pueblo dominicano el testimonio del hombre fuerte en la fe, con grande espíritu de comprensión del sufrimiento que él mismo llevó sobre sus hombros, consciente de que así se hacía solidario con el mundo del dolor”, concluye el P. Luis Rosario Peña, “el Papa fue el hombre amigo, cercano a la gente, que sabía romper todo protocolo con tal de llegar al corazón de los más humildes, al estilo de Jesús”. (RG) (Agencia Fides 5/4/2005 Líneas: 29 Palabras: 414)


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