EUROPA/ITALIA - Los niños constituyen un tercio de los sin techo en el Sureste asiático y un tercio de las víctimas. Los niños también son los más expuestos a las llamadas enfermedades previsibles: malaria y hepatitis A y también tifus y cólera.

sábado, 8 enero 2005

Roma (Agencia Fides) - Ya se han superado las 165.000 víctimas del tsunami que el 26 de diciembre golpeó el sureste asiático, y son millones los evacuados: 1/3 de las víctimas son niños que sólo en Tailandia son más de 1,5 millones.
Indonesia, Sri Lanka, India, Tailandia se encuentran entre los países más gravemente golpeados, pero también Myanmar, Malasia, Bangladesh y Maldivas han sido duramente golpeadas, y se registran muertos y devastaciones incluso en Somalia, Tanzania y Kenia. El balance de las víctimas irá aumentando con el tiempo. Centenares de niños han sido separados de sus familias.
En Indonesia, las consideraciones actuales indican, en el día de hoy, más de 107.000 muertos, el número de los desaparecidos es de 15.420. En las áreas más golpeadas hay unos 875.000 niños entre 6 meses y 15 años de vida que deben todavía ser alcanzados y asistidos.
En Sri Lanka dónde se cuentan hasta ahora 30.000 muertos, se considera que de los 200.000 evacuado calculados sólo en el primero día por el Tsunami, 80-100.000 son niños. En India los muertos son 13.000 y en Tailandia 5.305.
Según Unicef hay cuatro prioridades para salvar a los niños víctimas del maremoto. Ante todo garantizar la supervivencia de los niños supervivientes, apuntando en particular a la distribución de agua potable, adecuados servicios sanitarios, alimentos esenciales y curas médicas de base. En Indonesia, en particular, lograr sobrevivir es el primer desafío para los niños de las comunidades más aisladas. Además se está contribuyendo a registrar y asistir a los niños que se han quedado solos en todos los países golpeados. Los programas de ayuda deben garantizar que los niños sean protegidos de la explotación. En este momento, es fundamental ayudar a los niños a superar su trauma, haciendo que vuelvan a la escuela lo antes posible y formando a los adultos que trabajan con los niños, como son maestros y operadores sanitarios, a reconocer los síntomas del trauma. (AP) (Agencia Fides 8/1/2005; Líneas: 27 Palabras: 363)


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