AMERICA/MEXICO - Por Navidad vuelve a México la tradición de "las Posadas", que hace revivir el difícil viaje de Maria y José hacia Belén buscando posada

miércoles, 22 diciembre 2004

Ciudad de México (Agencia Fides) - En México la Navidad es rica en tradiciones populares, y una de las más coloridas es, sin duda, la llamada "las Posadas". Esta tradición, que se remonta a hace casi 400 años, conmemora el difícil viaje de José y Maria desde Nazaret a Belén y su afanosa búsqueda de un alojamiento. Los Posadas se realizan durante la Novena de Navidad, del 16 al 24 de diciembre, para preparar espiritualmente al pueblo a la celebración del nacimiento de Jesús.
El origen de los Posadas parece que se encuentra en el convento de San Agustín de Acolman, dónde los frailes Agustinos explotaban la coincidencia de la fecha cristiana de la Navidad con la de los ritos de los aztecas, que celebraban el nacimiento de su máxima divinidad, el dios Huitzilopochtli. Los primeras Posadas se celebraron pues a finales del siglo XVI en el monasterio de Acolman, dónde los Agustinos celebraron una novena de Misas antes de Navidad. Posteriormente se añadieron cantos y oraciones populares, además de la distribución de dulces y fruta. Poco a poco, las Posadas adquirieron definitivamente la estructura característica que las distingue, hasta convertirse en una celebración religiosa y social muy arraigada en la vida del pueblo mexicano. En ellas se entrecruzan el aspecto humano y divino, la fe y la diversión, el fervor y la fiesta. Hoy son celebraciones de carácter nacional, aunque en cada región asumen características propias.
Los elementos peculiares de las Posadas son la lectura bíblica y la procesión con las imágenes de Maria y José colocados sobre unas andas, que buscan un alojamiento. Los fieles acompañan las imágenes cantando, con velas, luces, panderetas, pitos, y llaman a las puertas de las casas pidiendo hospitalidad. En cada casa hay un alternarse de cantos entre los que piden alojamiento y los habitantes de la casa, hasta llegar a la vivienda dónde por fin serán acogidos. Una vez que han entrado en la casa, se lee una lectura bíblica, se cantan villancicos, se recita el rosario, se encienden las velas y comienza la fiesta. El momento más esperado sobre todo por los niños es cuando se rompe la piñata y se distribuyen las bolsitas con los dulces que contienen en su interior. Tradicionalmente la piñata tiene la forma de estrella, para recordar la estrella que condujo a los Reyes Magos, aunque ahora se construyen ya en formas diferentes y están rellenas de todo tipo de dulces. El golpear la piñata hasta romperla quiere significar la destrucción del pecado sancionada por el nacimiento del Salvador. (R.Z) (Agencia Fides 22/12/2004; Líneas: 31 Palabras: 449)


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