AFRICA/R.D.CONGO - Encuentro de misioneros italianos en el Congo: "En los momentos más fuertes de peligro nos han defendido los simples fieles y los pobres. Son ellos los que han mantenido viva la Iglesia frente a la persecución y a tantas destrucciones"

sábado, 27 noviembre 2004

Kinshasa (Agencia Fides) - Del 15 al 18 de noviembre el Centro pastoral "Nganda" de Kinshasa, ha albergado a los participantes en el encuentro promovido por la Conferencia Episcopal italiana y por los Obispos de la Iglesia congoleña, durante tres días de espiritualidad y fraternidad dedicados a la reflexión sobre el servicio misionero. En el comunicado final, dado a conocer en estos días, los participantes subrayan como la "sorpresa, alegría, entusiasmo y profunda gratitud son los sentimientos que hemos experimentado ‘¡Qué bueno y qué dulce es convivir los hermanos unidos! (Sal 132,1)". La gran amplitud del País y las dificultades de desplazamiento que todavía existen, han sugerido que en este encuentro fueran invitados sobre todo los misioneros del área geográfica de Kinshasa y Lubumbashi, en espera de poder realizar otros encuentros en la zona de Kisangani y Bukavu. En esta primera reunión estaban presentes 102 religiosos, religiosas y laicos italianos, procedentes de treinta diferentes Institutos, Asociaciones y Movimientos misioneros.
"La escucha de la Iglesia que ha acogido, hizo ver como esta nos ha acompañado en los grandes acontecimientos de la historia de este País. Sobre todo, después de la proclamación de la independencia (1960), inspirada por las enseñanzas del Concilio Vaticano II y animada por el intrépido cardenal Joseph-Albert Malula, Arzobispo de Kinshasa de 1964 a 1989. La Iglesia del Congo ha ayudado a su pueblo en la búsqueda de su propia identidad nacional, cultural y espiritual. Se han realizado elecciones decisivas y todavía permanecen: el camino de evangelización más comunitaria y encarnado, el nacimiento y crecimiento del clero local, la valorización del papel del laicado, la promoción de una liturgia más inculturada". Pero también, los años pasados se han caracterizado por muchos sufrimientos, entre ellos, el martirio de no pocos trabajadores pastorales, entre ellos numerosos misioneros.
"La condición socio-política y económica en la que se encuentra el País es el origen de muchos males materiales y espirituales: de la generalizada falta de trabajo a los pagos inadecuados e inciertos, del fenómeno de los chicos de la calle al recurso a las alienantes formas religiosas de las sectas". En este contexto la Iglesia se siente todavía más comprometida "a dar visibilidad al amor de Dios que salva."
En el servicio a la Iglesia congoleña, la Iglesia italiana puede ofrecer más de una ayuda: sensibilizar sobre la situación en acto en el País, profundizando en las causas de la misma; favorecer una mayor información correcta sobre África, evidenciando también los aspectos positivos; apoyar la formación permanente de los sacerdotes y otros agentes pastorales locales; permanecer cercana a la Iglesia local y a los misioneros en los momentos de mayor dificultad; seguir enviando misioneros; apremiar al gobierno italiano y a las instituciones internacionales para la solución de los problemas del Congo; implicar a sujetos locales en la realización de proyectos, ofreciendo disponibilidad de personas y recursos a sus exigencias de formación técnica y humana. "La situación de guerra y violencia que durante tantos años hemos compartido con la gente de este País, nos ha hecho vivir, en la Iglesia y entre la gente del Congo, una aventura única de fe" escriben los misioneros. "De la gente con más dificultades hemos aprendido la ganas de vivir a pesar de todo; en los momentos más fuertes de peligro nos han defendido los simples fieles y los pobres; son ellos los que han mantenido viva la Iglesia frente a la persecución y a tantas destrucciones."
Por último, los participantes en el encuentro concluyen: "Por encima de tantos males como afligen el país, el rico camino de fe de nuestra experiencia misionera en el Congo demuestra como no es este en absoluto el momento de abandonar África. Debemos, por el contrario, aprender a llevar a cabo una presencia evangelizadora más encarnada, más humilde y más constructiva junto a la Iglesia que nos ha acogido." (S.L) (Agencia Fides 27/11/2004 - Líneas: 49 Palabras: 680)


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