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Seúl (Agencia Fides) - Responder al grito de dolor y dar de nuevo la esperanza a millones de niños, enfermos, marginados y pobres de los países africanos: con este objetivo la Obra de las Misiones Extranjeras coreanas (Korean Foreign Mission Society) nacida en 1929, amplía su misión al continente africano.
A principios de noviembre, en una Misa Solemne celebrada en la catedral de Seúl, la obra envió tres sacerdotes misioneros a Mozambique, sexto país en el que está presente la obra, después de Papua Nueva Guinea, Taiwán, China, Rusia y Camboya.
Los misioneros partirán el 24 de noviembre: después de un período de formación en Portugal, para aprender la lengua portuguesa, que se habla en Mozambique, irán luego al país africano dónde trabajarán en la evangelización de los indígenas en la diócesis de Lichinga, donde de unos 200.000 católicos hay una decena de sacerdotes diocesanos y una veintena de misioneros extranjeros.
Al recibir la carta de nombramiento y la cruz misionera en la celebración del envío, los tres sacerdotes se comprometieron a proclamar el Evangelio de Jesucristo en Mozambique, mientras que el p. Augustine Kim Myong-dong, Superior General de la Obra de las Misiones Extranjeras coreanas, impuso sobre de ellos las manos.
Durante las celebraciones de la Jornada Misionera, el pasado 24 de octubre, Mons. Rene Dupont, Obispo emérito de Andong, explicó: "Los misioneros son personas que han sido capturadas por el verdadero amor y la verdadera felicidad, la que da Jesucristo", invitando sobre todo a los jóvenes "a estar abiertos a la voluntad de Dios y a proclamar el Evangelio". "La misión de la Iglesia en Corea - ha dicho en un coloquio con la Agencia Fides Mons. Lázaro You Heung Sik, Obispo Coadjutor de los Daejeon - se funda en los mártires coreanos, que dieron la vida para el Señor y por el pueblo. Sentimos la importancia y la exigencia de anunciar el Evangelio a los lejanos."
Recientemente, el nuevo Nuncio Apostólico en Corea, Mons. Emil Paul Tscherrig, que se acercó a Seúl a primeros de octubre, en el primer discurso dirigido a la comunidad católica coreana exhortó a "construir una comunidad misionera, que evangelice y de misioneros a todo el mundo". Interviniendo en los trabajos de la Asamblea General de la Conferencia Episcopal de Corea, Mons. Tscherrig dio las gracias a los Obispos coreanos en nombre del Santo Padre por la grande y valiosa contribución que la Iglesia coreana ofrece a la misión en todo el mundo. (PA) (Agencia Fides 14/11/2004 Líneas: 32 Palabras: 432)
