AFRICA/SUDAN - “¡No podemos dejarlos en manos de sus verdugos!". Un testimonio conmovedor de la región del Darfur

lunes, 20 septiembre 2004

Viena (Agencia Fides) - "Más de 250.000 personas dependen de ayudas externas", afirma el Padre Salesiano Jim Comino en una reciente visita a la dirección nacional de las Obras Pontificas de Viena en Austria. Desde hace muchos años el P. Jim es responsable de un centro de formación para jóvenes en Jartum, dónde habitan desde hace más de diez años, en condiciones inhumanas, más de un millón de evacuados de las regiones al sur de Sudán.
Gracias a sus colaboradores locales el P. Jim ha podido visitar los campos de refugiados cuando las organizaciones humanitarias todavía estaban esperando el permiso para acercarse a la zona. "En estos campos reina una desesperación increíble y mucha miseria", dice el padre Salesiano, "los evacuados intentan construirse una choza provisional con ramas y algo de plástico, que será destruida con las siguientes lluvias". Faltan las cosas más necesarias pero sobre todo medicamentos y víveres.
El religioso ha quedado impresionado por tragedias como esta: "Una madre lloraba desesperadamente por su hija pequeña. Empujada por el hambre había dejado a la pequeña en un lugar aparentemente seguro, para acercarse al lugar de distribución de trigo. Cuando volvió con la comida la pequeña había desaparecido."
Para el P. Jim no se ven todavía visos del fin de la catástrofe humanitaria: "Solamente cuando las personas tengan la seguridad de que no hay peligro para sus vidas, volverán a sus aldeas. Pero cuando quieran recomenzar una vida nueva necesitarán ayudas externas. Es demasiado grande la destrucción que las milicias han provocado en la región occidental de Sudán: más de 50.000 personas han muerto y más de un millón han dejado sus poblados."
Incluso quién trata de ayudar a las poblaciones tienen miedo de las milicias. Centenares de evacuados que no encuentran refugio en los campos internacionales se dirigen cada día a las religiosas en las parroquias de Nyala y El Fasher. Dar a estas personas un sitio donde dormir, medicamentos y víveres quiere decir ponerse en peligro. "Pero no podemos dejarlos en manos de sus verdugos". Mientras tanto el Padre Jim Comino continua esperando un rápido desarme de las milicias.
Con la ayuda de "missio Austria" se han distribuidos medicamentos, aceite, trigo, leche, jabón y tiendas de plástico entre los pobres en la región de Darfur. (MS) (Agencia Fides, 20/09/2004 - Líneas: 31 Palabras: 394)


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