ASIA/JAPÓN - Los franciscanos, un mes después del terremoto: cuidar de las víctimas, cambiar el estilo de vida

miércoles, 13 abril 2011

Tokio (Agencia Fides) - La reflexión necesaria, un mes después del terremoto y el tsunami que sacudió Japón, es la siguiente: "tenemos que cuidar de las víctimas, de los que sufren, en todos los modos posibles, tanto material como espiritualmente; pero después de la catástrofe nuclear, tenemos que realizar una revisión del estilo de vida", de acuerdo a modelos más sostenibles, humanos y en armonía con la Creación. Lo dice a la Agencia Fides el p. Pedro Abe Keita OFM, responsable de la Comisión 'Justicia, Paz y salvaguardia de la Creación' en la Provincia de los Frailes Menores en Tokio.
Después del terremoto, los franciscanos han puesto en marcha inmediatamente una recaudación de fondos de solidaridad en Japón y a nivel internacional, en todas las comunidades franciscanas en el mundo para ayudar a Caritas Japón que está trabajando en las diócesis más afectadas. Al mismo tiempo han abierto sus hogares a los refugiados en el "Franciscan Chapel Center” en Tokio, pero también en los conventos de Kiryuu, en la provincia de Gunma.
"En muchos lugares sólo se necesita personal altamente calificado, por lo que las operaciones de socorro y asistencia han sido confiadas a la Protección Civil y al ejército", señala el P. Abe Keita a Fides. Dos hermanos se han dirigido al territorio de Miyagi, golpeado por el tsunami, para examinar la situación con la perspectiva de contribuir a la reconstrucción y a la rehabilitación de las familias afectadas”.
Sobre la cuestión nuclear, que ahora alarma a la población de Japón, el franciscano señala: "Estamos consternados por el poder de la naturaleza que va más allá de toda imaginación. Mirando hacia el desastre nuclear, no puedo dejar de pensar que debe haber un límite en la intervención humana sobre la naturaleza, para la salvación de la humanidad. El nivel de radiactividad que existe en la actualidad es el más alto de la historia. El gobierno debe indemnizar a las víctimas y proteger a la población. Pero hoy no basta con decir «no» a las centrales nucleares: también es necesario reconsiderar profundamente nuestro estilo de vida, por la moderación y la sobriedad, por ejemplo moderando el uso de electricidad en la vida cotidiana". Los franciscanos esperan que se realicen modelos de desarrollo más sostenibles, más humanos y respetuosos de la creación. (PA) (Agencia Fides 13/4/2011)


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