EUROPA/ESPAÑA - La Misión y los Misioneros en la Iglesia de hoy - "Para evangelizar con autenticidad hay que seguir radicalmente a Cristo Crucifijo" afirma el Director Nacional de las OMP Españolas en el Forum de Cultura en Barcelona

viernes, 9 julio 2004

Madrid (Agencia Fides) - "Evangelizar con autenticidad es seguir con radicalidad a Cristo Crucifijo. Es aquí donde se funda la garantía de la fecundidad eclesial" ha afirmado Mons. Francisco Pérez, Arzobispo Castrense y Director nacional de las Obras Misionales Pontificas Españolas, en la conferencia que ha tenido en días pasados en la Exhibición "Christus Splendor en Caritate", preparada en el Museo Diocesano de Barcelona, dentro del marco del Forum de Cultura en curso en Barcelona del 9 de mayo al 25 de septiembre del 2004.
Mons. Pérez en su relación titulada "La Misión y los Misioneros en la Iglesia de hoy", ha subrayado que la Iglesia está llamada a renovarse para asumir con nuevo impulso su misión evangelizadora, porque "antes de evangelizar, es necesario ser evangelizado, haber sido convertidos por la Palabra, los sacramentos, el Espíritu, la fe. Solamente entonces daremos un testimonio auténtico de lo que hemos visto y oído. De otro modo, nuestro testimonio sería muy deficiente". No se puede ser evangelizador sin estar unido a la Iglesia, a la comunidad de hermanos: el evangelizador no puede ser un bateador libre. "Todo misionero y evangelizador, sin la Iglesia no tiene ningún sentido y fuera de ella todo es ilusión y mentira."
En la misión evangelizadora de la Iglesia el lenguaje que mejor se capta es el testimonial, el de la caridad, el servicio desinteresado. La caridad es el alma de la Iglesia y de cada uno de sus miembros y estructuras pastorales. Sin esta forma de evangelización, llevada a cabo mediante la caridad y el testimonio de la pobreza cristiana, el anuncio del Evangelio, aun siendo la primera caridad, corre el riesgo de ser incomprendido o de ahogarse en el mar de palabras al que la actual sociedad de la comunicación nos somete cada día. (cfr NMI 50).
Mons. Pérez destaca después como el Espíritu Santo empuja a la Iglesia a remar mar adentro, porque el estancamiento no es propio del Espíritu de Cristo ni del auténtico cristiano. "Desgraciadamente, en la Iglesia siempre ha habido la tendencia a pararse, a examinar demasiado las dificultades, las propias posibilidades, a mirar atrás después de haber puesto las manos en el arado". "Nuestro caminar, al principio de este siglo nuevo debe hacerse más veloz, confiado y optimista, en la certeza de la presencia constante y operante del Espíritu Santo" exhorta el Director Nacional de las OMP. La misión no es cosa de algunas personas más audaces, sino que es un compromiso de todos. Es necesario, pues, que la Iglesia del tercer milenio impulse a todos los bautizados y confirmados a tomar conciencia de la propia responsabilidad activa en la vida eclesial. "Es necesario y urgente organizar una pastoral vocacional amplia y capilar". "Es necesario un nuevo impulso apostólico que sea vivido, como compromiso cotidiano de las comunidades y de los grupos cristianos."
Mons. Pérez recuerda por último, los múltiples desafíos que plantea la sociedad actual a la acción evangelizadora de la Iglesia: dialogo interreligioso, globalización, bioética, justicia social, institución familiar, búsqueda de la paz, inculturación, defensa de los derechos humanos, defensa de la vida. Para afrontar estos desafíos la Iglesia necesita contemplar el Rostro de Cristo, necesita la santidad y la espiritualidad de comunión: "En Cristo, muerto y resucitado, estamos seguros de que todos los desafíos son una gracia y servirán para el bien de la Iglesia y de la humanidad". (R.Z) (Agencia Fides 9/7/2004 - Líneas: 42 palabras: 599)


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